Descubre el mejor restaurante de cocina vegetariana en Carboneras

03/12/2025: Vaya por delante que somos clientes del Restobar Alborán y estamos muy satisfechos con el servicio y el trato profesional recibido siempre que acudimos al local. Pero, en esta ocasión, queremos dejar constancia de nuestra profunda decepción por la actividad ruidosa e inaceptable que tuvo lugar en su local durante la noche del sábado 29 al domingo 30 de noviembre de 2025. No es una queja por capricho, ya que por problemas personales necesitábamos un par de días de tranquilidad y desconexión. La intensidad del ruido hizo imposible conciliar el sueño y descansar durante prácticamente toda la noche (concretamente hasta las 5:00 de la madrugada). El nivel del ruido era totalmente desproporcionado e incompatible con el descanso de los huéspedes que nos encontrábamos en el hotel Alborán. Pagué por un servicio de alojamiento y descanso y lo acontecido lo impidió por completo esa noche. Este tipo de eventos no solo afecta la reputación de su negocio, sino que genera un conflicto directo con la actividad hotelera que les permite operar en esta ubicación, lo cual nos entristece profundamente. Les ruego tomen medidas para evitar este tipo de actividades ruidosas que excedan los límites legales de ruido en horario nocturno, especialmente considerando que hay un hotel justo encima donde hay personas que intentan descansar en ese maravilloso lugar. Gracias.

16/11/2025: Hay restaurantes donde, tras el primer contacto con el camarero, ya sabes que comer allí probablemente no fue un gran error, pero también tienes la sensación de que no volverás. Este fue el caso. Hay que reconocer que el restaurante está muy bien situado en el tranquilo paseo marítimo de Carboneras, con unas vistas estupendas. Pero ahí terminan los aspectos positivos. El camarero era excepcionalmente gruñón y malhumorado, algo nunca visto en España. Parecía que le caían muy mal los turistas, pero si es así, debería buscar otro trabajo. Pedimos gambitas al ajillo, concretamente cangrejitos en aceite; les añadieron unos dientes de ajo, pero no eran suficientes para darles sabor. El pan solo llegó después de pedirlo. También pedimos berenjenas a la miel: rodajas de berenjena ligeramente tostadas con un chorrito de miel. Curioso. Pero ni siquiera estas berenjenas pudieron compensar el mal humor del camarero. En definitiva: lo mejor es mantenerse alejado de este lugar.