Los mejores restaurantes en Bormujos

11/04/2024: Lo que más destaca, sin duda, es la forma en que está decorado. Entras a un lugar precioso, que de algún modo ya te invita a disfrutar. Los platos son excelentes, así como su presentación. Una pena que ahora esté cerrado. Bormujos y sus alrededores necesita más lugares como este.

27/03/2024: No está mal, pero cada vez peor, la primera vez todo era destacable positivamente excepto que la comida llegaba templada, posteriormente el servicio empezó a decaer y la comida llegaba incluso fría, el problema se agravaba con comandas mal tomadas o platos equivocados, parece que no están a lo que están, son muy amables y agradables pero no están concentrados.

23/06/2025: Es un snack bar sencillo pero muy bueno. Ofrece especialidades de la casa, cerveza fría y un personal muy amable.

10/06/2025: La comida estaba buena. Pero el servicio súper lento, se tardaron demasiado.

02/08/2025: La bebida no es la primera vez que está mala. Los trabajadores me dicen que no pueden hacer nada.

29/07/2025: Ayer compré una pizza que recogí en el local de Bormujos en Sevilla y cuando llegue a casa fue directa a la basura. La pizza estaba dura, la masa mal cocinada, el queso estaba a trozos..... Fue incomible! Llamé por la tarde para exponer mi queja, y todo lo que me dicen es gracias por avisar! Les dije que un producto así no se vende, que lo mínimo es vender una pizza en condiciones. Lo mejor es que el local estaba vacío, así que no fue por exceso de trabajo sino creo que más bien por dejadez y/o aburrimiento a las 14h. La verdad que con esta actitud lo único que hacen es perder clientes.

18/07/2025: Todo genial para nosotros cada vez que hemos ido es calidad precio. Gracias

17/06/2025: No le pongo menos estrellas porque no se puede. Me parece de vergüenza y de tener cero empatía lo que me ha pasado hoy en este local. Como persona con intolerancia a la lactosa lo primero que he hecho ha sido consultar la carta de alérgenos, en la que te los ponen por ingredientes y no por productos. La cosa es que de seis panes que tienen, cinco son con lactosa. El único que no tiene es el básico, el llamado “100M”. Me pedí entre otras cosas el 89, un perrito caliente, teniendo en cuenta que ninguno de sus ingredientes tenía lactosa porque la última vez que lo pedí el pan era el 100M, así que no habría problema. La cosa es que cuando llega observo que no es el mismo pan, así que voy a la barra para confirmarlo y al hacerlo preguntar si es posible que me lo cambien, pues en la carta no ponía en ninguna parte que sea con pan brioche. Desde el primer momento me dicen que no hay problema con cambiarlo y que además no tengo que aportar nada más de dinero. Les llevo el perrito y me lo devuelven diciendo que no pasa nada si se lo come otro del grupo así que nos deja que nos lo quedemos. Al volver a la barra me empieza a llamar diciendo que vaya a pagar el perrito nuevo, pues implica hacer uno nuevo de cero. Le insisto en que no tiene sentido que me pida que lo pague, que antes ya me había dicho que no hacía falta y que además en la carta no pone en ninguna parte que ese perrito llevaba un ingrediente que no puedo comer. Al final, como se puede observar en el ticket, termino pagándolo con tal de terminar la situación. Me parecen increíbles varias cosas. En primer lugar el trato tan malo, denotando tener cero empatía ante una situación que yo no podía prever. En segundo lugar el hecho de que en una carta en la que hay al menos 100 productos que llevan pan, y usando una variedad de 5 panes con un alérgeno, no ponga en ninguna parte qué pan lleva cada montadito. Creo que esto hasta incumple la ley Nº 1169/2011, pues queda muy claro que “La información sobre los alérgenos debe ser clara, precisa y accesible para el consumidor, ya sea a través de etiquetas, cartas de menú, carteles o comunicación verbal con registro escrito.”. En tercer lugar el poco conocimiento de la persona que me atendió que sin conocer mínimamente la carta de alérgenos se pensaba que todos los panes eran con lactosa, por otra parte que pretendiera que creyera que gracias al dibujo del perrito yo podía saber de sobra qué pan llevaba y por otra parte la soberbia de insistir en que pague porque “al final dos euros no son nada”, sin conocer la situación financiera de la persona que va a su local. No he puesto una hoja de reclamaciones porque en primer lugar no he sido capaz de encontrar el cartel que indica que el establecimiento cuenta con ellas y en segundo lugar porque ya demasiado mal rato he pasado como para alargarlo más. No vuelvo.