Los mejores restaurantes con terraza de otras cocinas en Motril

06/05/2025: Me tengo por una persona educada, peino ya canas, y llevo toda la vida tomando cervezas. Tengo claro que me gustan las ciudades donde se pone la tapita con el vino o la cerveza. No se me va a ocurrir ir a Huelva a pedir tapa con la bebida, o a Málaga, eso por descontado. Pero si voy a Jaen, o Granada, o León, entiendo que en esos sitios te van a poner algo con tu bebida. Y pensaba que en Motril pasaba lo mismo. Bueno, pues imaginen mi sorpresa cuando un lunes, a mediodía, con dos mesas ocupadas dentro y otras dos fuera. Vamos, que no estaban saturados. Un muchacho joven atendiendo las mesas, y un señor maduro con pelo canoso cortando embutidos, y poniendo tapas. Pedimos un tercio y una cerveza de grifo, y vemos que van poniendo tapa a todos con la bebida pero no a nosotros. No vayan a pensar que estábamos al fondo, u ocultos tras una columna, no, no. Mismamente delante de donde se ponía el hombre detrás de la barra, y por donde pasaba el muchacho joven para entrar y salir del bar. Pues cuál no será nuestra sorpresa cuando vemos que sale gente, y entra gente nueva, y a todos les pone su tapita con la bebida, pero nosotros seguimos siendo invisibles para ellos. Cuando ya estamos a punto de acabar la bebida, y ya que habíamos sido invisibles para el señor del pelo blanco detrás de la barra, le pido la cuenta al muchacho joven, y le digo a ver si no ponen tapa con la bebida, a lo que, sorprendente e increíblemente, responde que no se había dado cuenta, como si no estuviéramos solo tres mesas ocupadas en el bar, y no estuviéramos delante mismo de la barra. Nos trae la tapa, pero a esas alturas, como si se la hubiera guardado en el bolsillo de su uniforme. Y no me vale la respuesta seudo inteligente que dio el belicoso dueño de la taberna guindilla de que son las normas de la casa, porque para eso, ponlas por escrito como en el pesaor, en granada, y así no hay dudas. Así que, ya saben, si no quieren que les traten fatal, sin excusa ni justificación, vayan a otros sitios de Motril, como el Ramblero o el Almoguera, que ahí te tratan de lujo, y, por descontado, esos sí que están llenos a reventar. Y que se guarden para el señor del pelo blanco y el muchacho joven su mala educación y su nulo saber estar detrás de una barra.

06/05/2025: Me tengo por una persona educada, peino ya canas, y llevo toda la vida tomando cervezas. Tengo claro que me gustan las ciudades donde se pone la tapita con el vino o la cerveza. No se me va a ocurrir ir a Huelva a pedir tapa con la bebida, o a Málaga, eso por descontado. Pero si voy a Jaen, o Granada, o León, entiendo que en esos sitios te van a poner algo con tu bebida. Y pensaba que en Motril pasaba lo mismo. Bueno, pues imaginen mi sorpresa cuando un lunes, a mediodía, con dos mesas ocupadas dentro y otras dos fuera. Vamos, que no estaban saturados. Un muchacho joven atendiendo las mesas, y un señor maduro con pelo canoso cortando embutidos, y poniendo tapas. Pedimos un tercio y una cerveza de grifo, y vemos que van poniendo tapa a todos con la bebida pero no a nosotros. No vayan a pensar que estábamos al fondo, u ocultos tras una columna, no, no. Mismamente delante de donde se ponía el hombre detrás de la barra, y por donde pasaba el muchacho joven para entrar y salir del bar. Pues cuál no será nuestra sorpresa cuando vemos que sale gente, y entra gente nueva, y a todos les pone su tapita con la bebida, pero nosotros seguimos siendo invisibles para ellos. Cuando ya estamos a punto de acabar la bebida, y ya que habíamos sido invisibles para el señor del pelo blanco detrás de la barra, le pido la cuenta al muchacho joven, y le digo a ver si no ponen tapa con la bebida, a lo que, sorprendente e increíblemente, responde que no se había dado cuenta, como si no estuviéramos solo tres mesas ocupadas en el bar, y no estuviéramos delante mismo de la barra. Nos trae la tapa, pero a esas alturas, como si se la hubiera guardado en el bolsillo de su uniforme. Y no me vale la respuesta seudo inteligente que dio el belicoso dueño de la taberna guindilla de que son las normas de la casa, porque para eso, ponlas por escrito como en el pesaor, en granada, y así no hay dudas. Así que, ya saben, si no quieren que les traten fatal, sin excusa ni justificación, vayan a otros sitios de Motril, como el Ramblero o el Almoguera, que ahí te tratan de lujo, y, por descontado, esos sí que están llenos a reventar. Y que se guarden para el señor del pelo blanco y el muchacho joven su mala educación y su nulo saber estar detrás de una barra.