Los mejores restaurantes en Aitona
7,7
104 Opiniones |
|
Rústic - Obrador Artesà
Aitona, 20-30€
10/12/2024: He conoció este obrador por su pastelero Gerard, he podido ver el obrador, donde se realiza la magia del Rustic, y solo os diré que se puede comer sopa en el suelo. Limpieza y orden absoluta, os recomiendo ir, ya que os va a encantar la variedad con la que su pastelero Gerard os va a sorprender.
28/09/2024: Nos ha encantado, paramos a desayunar y un 10 ⭐️ La bollería recién hecha y un ambiente súper acogedor, la gente muy maja, volveremos :)
7,4
439 Opiniones |
|
Casa Conrado
Aitona
15/03/2025: Todo bien, pero los caracoles de la casa estaban un poco pasados y a la salsa le faltaba un punto de sabor.
12/03/2025: Las costillas de ternera eran incomibles por inmasticables. El bacalao (con suplemento de 4€ pasando así el menú del día a 22 eurillos) de tan recalentado que estaba había partes no duras de cortar sino lo siguiente.
En fin, uno se queda con la impresión de que lo unico de auténtico de la visita a Aitona son los almendros en flor.
A evitar, llévese un bocadillo.
5,0
96 Opiniones |
|
Bar Els Tabolls
Aitona
28/09/2024: Buen lugar para el desayuno.
La oreja de Torino es espectacular.
Terraza agradable
Las dos chicas que sirven, muy amables
4,8
475 Opiniones |
|
Can Joan Restaurant
Aitona
16/03/2025: Muy amables y son petfriendly.
Hemos podido comer super bien con nuestros perretes
Muchas gracias por vuestra atención.
15/03/2025: Reservamos para las 3:00 p.m. en este restaurante de Aitona y, para nuestra sorpresa, llegamos media hora antes. Como premio de bienvenida, nos sentaron para una maratón de 45 minutos de espera, mientras la sala y la cocina parecían ensayar una coreografía sin director.
El primer plato fue una auténtica obra de ‘arte abstracto’: un revoltillo de gambas que, en lugar de exaltar sabores, exhibía espárragos, huevos y unas pocas gambas congeladas, como si quisieran recordarnos que la creatividad a veces se queda en el intento. La “ensalada de brie” (o, mejor dicho, un solitario pedazo de brie) y los caracoles, que parecían haber sido interpretados por artistas sin vocación, completaron el espectáculo culinario.
Los segundos no fueron menos pintorescos: bacalaos con tomate abundantes en cantidad pero mediocres en esencia, y un churrasco a la brasa cuya guarnición se limitó a media patata y un par de tiras de pimiento –algo digno de un menú “minimalista”.
Hablando del servicio, los camareros fueron los verdaderos héroes de esta tragicomedia. Sin formación ni dirección, lucharon contra viento y marea, intentando cumplir con su labor en medio del caos de una gestión desorganizada. Al momento de pagar, ni ellos sabían qué habíamos consumido, y tuvimos que recapitular cada plato como si estuviéramos en un concurso de memoria.
Y todo esto, por el módico precio que ronda los 25 euros, un importe que uno pensaría que respaldaría una experiencia de calidad.
Para rematar, los baños parecían haber sido diseñados con la idea de que “menos es más”, en el peor de los sentidos.
En definitiva, si buscas un lugar donde el caos se sirva a la carta y la falta de coordinación se vista de humor, este restaurante te espera. Pero si valoras una experiencia gastronómica coherente y placentera, mejor sigue tu camino. ¡A los camareros les aplaudo el esfuerzo, pero la culpa es de la gestión!
1