Los mejores restaurantes con terraza de cocina japonesa en Sabadell

18/06/2025: Como de costumbre en los restaurantes de índole japonesa (que no Japoneses reales), una auténtica salvajada de precio que de ninguna manera corresponde con la experiencia vivida. El más fiel reflejo de esto lo encuentras en el agua, que por un botellín pequeño de medio litro te están cobrando más de 3€, lo cual es un fiel reflejo inequívoco de la usura del hostelero. La comida está bien, pero bien sin más: ni es desagradable ni es nada memorable. Sinceramente, hay que ser muy negado o poco habilidoso para cocer un arroz mal, o ejecutar mal un Sushi (de la variante que sea) que literalmente no es más que un corte de pescado (crudo sin elaboración ninguna) enrollado, superpuesto, acompañado (...) a un arroz. Punto. Para acabar de definir la experiencia por debajo de la media en cuanto a hostelería se refiere, hay poca atención por parte del personal que anda agobiado con la cantidad ingente de mesas metidas con calzador en un local pequeño cuyo entorno carece de ningún tipo de encanto especial. Por lo general, el amigo 'snob' que te diga que el Sushi vale su precio en oro, es un pretencioso o un ignorante con más bien pocas luces. En resumen: 2.9 de 5 ⭐

06/06/2025: Fui a cenar con mi pareja a este restaurante, y entre otros platos, pedimos un combinado de sushi compuesto por 12 piezas: atún, salmón y vieiras (según indica la carta). La camarera nos comenta que no les quedan vieiras, y le decimos que sin problema. Cuando nos traen el plato, éste viene con 5 piezas de atún y 5 de salmón (10 piezas y no 12). Nos quejamos a la camarera que faltan 2 piezas, y la respuesta es que como no hay vieiras (las cuales representan 2 piezas del variado) no has puesto las 5 de salmón y las 5 de atún de la misma forma, pero más gruesas de lo normal para compensar la ausencia de las vieiras. Según la camarera esta ha sido la decisión del cocinero, el cual es el dueño. Nos hemos quejado por tener que pagar 12 piezas cuando solo hemos comido 10. Pero no nos ha servido de nada. Conclusión: el dueño se ha ahorrado dos piezas de sushi pero ha perdido dos clientes. Eso sí, se ha ganado esta reseña. Toda una historia de éxito en el modelo de gestión.

22/06/2025: Como otros Koyos. Comida bien pero algo de descontrol con los platos, algunos salen tarde y otros ni salen

07/06/2025: Hoy, mientras paseábamos por Las Ramblas, mi hija y su amiga se animaron a probar sushi en un local que les llamó la atención. Decidimos sentarnos en la terraza, pero tras un buen rato esperando, nadie vino a atendernos. Así que, optamos por entrar y, tras activar una tableta en la entrada, nos llevaron a una mesa. Nos explicaron que debíamos pedir a través de la tableta, algo que ya nos resultó un tanto confuso. Le pregunté a uno de los camareros cómo funcionaba el restaurante y, tras varios intentos de entenderlo en un castellano algo confuso, me explicaron que era un servicio tipo buffet, pero con un límite: podríamos pedir un máximo de 8 platos por persona cada 5 minutos. Lo entendí a medias, pero más o menos nos quedó claro. Comenzamos a hacer el pedido sin saber muy bien cómo serían las raciones, si grandes o pequeñas, porque la verdad, ni el menú ni las indicaciones dejaban claro ese detalle. Cuando ya nos dimos por satisfechos, pedí la cuenta y les pregunté si podíamos llevarnos unos King Baos que habíamos dejado sin comer. Entonces, me dijeron que, como era un buffet, no se podía sacar nada del restaurante. Lo entendí perfectamente. Pero mi sorpresa fue cuando me dijeron que por no haberme comido los King Baos, la porción completa de Dumplings y un arroz con vegetales, tendría que pagar un extra. Les pregunté de nuevo: “¿Si me los como, están incluidos en el precio del buffet, pero si no me los como, ¿me cobráis por ellos? ¿A pesar de que están incluidos en el precio del buffet que me estáis cobrando?” Y la respuesta fue sí. ¡No me lo podía creer! Nunca en mi vida había oído algo tan absurdo. Les dije que no me lo explicaron cuando entré y que, además, no estaba indicado en la tableta. Fue entonces cuando mi mesa se vio rodeada por 5 o 6 empleados del restaurante, y no me sentí nada segura, sobre todo con mi hija y su amiga allí. Así que les pedí que me dijeran cuánto debía y que me cobraran lo que no había comido, ya que con eso seguramente iban a hacerse más ricos. Al final, me tocó pagar 78 euros por una comida que, sinceramente, no valió ni la mitad. Lo único que estuvo decente fue el yakisoba, el ramen era cualquier cosa menos ramen, los dumplings ni siquiera los pudimos comer, solo los probamos. El arroz, ni lo menciono, porque ni sabor tenía. Los King Baos tenían buena pinta, pero después de semejante servicio, ni me molesté en probarlos. En resumen, una experiencia bastante decepcionante.