Descubre el mejor restaurante de cocina asador en Alginet
6,7
204 Opiniones |
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L'Alfabega
Alginet, 60-100€
30/01/2025: 30-1-2.025 Jueves gran sorpresa y mejor experiencia, junto a mi cuñado J. Enrique y mi esposa Inma, hemos comido en Asador Alfábega de la población de Alginet (Valencia) que en mi caso ha sido la primera vez en este restaurante, con un resultado en conjunto EXCEPCIONAL, en todos los sentidos.
Parking sin ningún problema en la misma puerta, ascensor hasta el Rte. coqueto y limpio.
El salón-comedor con grandes ventanales y mesas muy amplias, para no "codearse" los comensales entre sí.
Recibidos por el personal de sala, muy atentos y profesionales, previa reserva de mesa (aconsejable) empieza el festival de sabores.
Detalle de entrada, croquetas de jamón ibérico "celestiales", alcachofas a la brasa "exquisitas, pulpo a la brasa "inmejorable" y para plato principal Lechazo asado al horno "excepcional" con su guarnición aparte, cervezas, agua y para postre torrija de dulce de leche con helado, cafés e infusión.
El local está muy limpio al igual que los servicios y cocina.
Los caballeros no se tienen que poner de puntillas para hacer pipi en el meódromo.
Víctor y Jessi un encanto. Calidad-cantidad-precio de 10.
Me ha encantado la experiencia y volveré a no tardar. Gracias por vuestros manjares y por vuestra atención, nos hemos sentido como en nuestra propia casa.
Como Gran crítico de TripAdvisor lo recomiendo a mis 285.559 visualizadores que tengo en la actualidad.
13/01/2025: Cuando uno disfruta en la vida hay que hacerlo con ritual, explicarlo al detalle. Hace unas semanas buscaba llevar de sorpresa a mi familia a un sitio que hicieran un buen arroz al horno. Lo encontré, reservé y cayó la maldita DANA, por lo que con pena por el desastre, tuve que cancelarla. Este fin de semana ha llegado el climax, reservé y hacia tiempo que no hacia algo tan bien hecho.
En un pueblecito bonito y valenciano, Alginet, hay un asador a las afueras que me ha alegrado la vida; al estar a las afueras, aparcar ha sido sencillo y tras subir unas escaleras negras (o el ascensor quien lo prefiera), comienza el espectáculo. Y es que es espectácular que nada más recibirte lo hagan simpática y eficientemente, la chica me ha localizado y puesto en marcha hacia nuestra mesa en un abrir y cerrar de ojos. Una vez situados, el ritual de higiene es importante, así que he ido al baño que está pasado donde tienen un horno maravilloso para abrir boca viendo el arroz al horno.
El servicio pregunta la bebida y le dices "vaso de vino tinto" y ni corta ni perezosa te trae un tempranillo riojano, un Pomal y te lo echa con dulzura en la copa. Es beber un sorbo y empiezas a sentirte valenciano de lo genial que sabe, entra solo.
Segundos después tras dejarte ver la carta para volverte indeciso con los platos, pues no sabes que está mejor, vuelve a aparecer la chica y muy amablemente te escucha, te recomienda y te habla de sus sugerencias... y empieza lo mejor.
Con un ritmo maravilloso, ni muy rápido que no te da tiempo a saborear tremenda comida, ni muy lento que cuando viene el siguiente plato ya has digerido la comida de la jubilación, calibrádamente, te van trayendo manjares. Empiezan con el plato de cortesía, una especie de crujiente triangular con una salsa que me ha recordado algo de sobrasada... buenísimo. Poco después unas olivas, pero qué olivas! Sin hueso, gordas y sabrosas, geniales, he sacado foto para buscarlas porque nunca había visto esas olivas.
La genial camarera nos ha recomendado las patatas trufadas, sin cortarlo ni coserlo, apuesta aceptada. Cojonudas, geniales, especiales, entraban como aire.
También para comer un poco de "verde" una ensalada y la que lleva su nombre, Alfábega, es lo suyo, con sus tomates riquísimos, un pesto y unos quesos brillantes y suaves. Cojonudo.
Entramos a lo gordo, el arroz al horno, lo han dejado en el centro de la mesa... que pinta, que olor, que recipiente de barro... lo mejor, échalo al plato y pruébalo. Espectácular, genial, maravilloso. Mis padres les ha encantado y yo he repetido porque era cojonudo.
Mientras tanto, las chicas del servicio estaban muy atentas, retiraban cosas de la mesa con mucho respeto y dulzura.
Y todo lo bueno tiene principio y fin, llegaban los postres, mi padre se ha tomado un sorbete de limón por recomendación de la chica y vaya recomendaciones te hacen, apasionante, estaba muy muy bueno. Yo quería la tarta de turrón y a mi madre le ha recomendado mucho el pastel de borrachos (que está en recomendaciones hoy) y... un antes y un después, se han coronado, que maravilla de sabor. Un buen restaurante siempre tiene un buen postre y este lo tiene espectácular.
Finalmente ha venido lo que más cuesta, pagar y... no tengo ninguna queja de calidad/ precio/ servicio,...!
Nos han pedido varias veces que hiciéramos una reseña, yo ya tenía pensado hacerla y mis padres por supuesto las van a hacer porque nos ha encantado todo y se lo merecen de verdad. Ojalá tuviéramos algo así en Cartagena.
Volveremos, ha sido genial y espectacuar. Gracias por permitir disfrutaros.
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