Los mejores restaurantes de cocina argentina en Murcia

04/05/2024: A destacar la atencion del chico ecuatoriano, el flan, el chorizo criollo y la empanada criolla. La picaña, sin embargo, es la peor que he comido en mi vida. No se a quien se le ocurrio cortarla tipo carpaccio y cocinarla hasta quedar como una suela de zapato. Claramente el parrillero no es ni rioplatense ni brasilero. El local estaba lleno de moscas tambien. No lo recomiendo para ir a comer carnes.

29/09/2024: Para ir a desayunar está bien. Está mañana íbamos de tostadas para desengrasar el cuerpo ja ja...El bocata de ternera con tomate, queso y salsa chumichurri muy rico. Para cenar hay carne a la brasa aunque nosotros fuimos de tapas y bocadillos. Los torreznos no estaban bien elaborados, la corteza blanda. Todo lo demás muy rico.

24/09/2024: Muy bien sitio para desayunar o comer Buen servicio Todo muy limpio y atentos Recomendable

06/11/2024: Podríamos resumir la reseña con el refrán popular: “Dios le da pan al que no tiene dientes”, porque disponen de un local situado en una zona privilegiada, de los medios necesarios para ofrecer un producto de calidad y de personal suficiente para atender con diligencia las demandas de la clientela; pero nada más lejos de la cruda realidad. La acústica del comedor interior puede llegar a ser insoportable: cuando llegamos, apenas un par de mesas eran ocupadas, pero al completarse el resto, el tono de los comensales aumentó en intensidad, hasta el punto de que para charlar con el de al lado era necesario alzar la voz. Ni que decir tiene la dificultad de intercambiar alguna impresión con el de enfrente. A los camareros se les veía estresados, además de secos y adustos, como si aquello fuese un tanatorio, y muy pendientes del cambio de turno a las 18:00 horas. Sobre la comida, concertamos un menú de arroz, precedido por unos entrantes que te dejan indiferente y con más hambre si cabe; destacando la ensalada insípida y con poco fuste, servida en una tulipa de masa, que ni le aporta sabor ni mucho menos gracia. Después nos sirvieron el arroz con caracoles, los cuales, no sobrepasaban el tamaño de un dedal (“pezqueñines” no, gracias). Decir del arroz que los granos estaban duros como perdigones; desde luego, no apto para dentaduras postizas. Al repartir las raciones comprobamos que se trataba de una mera degustación y nos quedamos, dicho en castizo, lampeando. Finalizamos el experimento con un postre de repostería industrial al centro con un atrevido (que no generoso) chorretón de nata (para que no se diga que no innovan). Con más hambre que un perro chico, para matar la carpanta aún latente desde los entrantes, pedimos unas copas, a lo que la camarera, desconociendo las tres marcas que ofrecen (sota, caballo y rey), me invitó a entrar en la barra (las botellas quedaban escondidas en la parte inferior de un estante) con el propósito de que pudiese elegir qué quería tomar, a lo que, una vez sobrepasada la entrada a la barra, inmediatamente, otro camarero, de muy mala forma, me echó, reprochando a su compañera, e indirectamente a mí, que no podía estar allí. Señores, para estas cosas, pónganse de acuerdo entre ustedes, y no se desautoricen públicamente, que está muy feo. Respecto al camarero-portero de la barra, deberían inscribirlo en un curso intensivo (o extensivo) de atención al cliente. Lo necesita imperiosamente, a no ser que su vocación sea la de pastor bovino, ovino o, incluso, porcino. En fin, una experiencia desagradable que no hay ninguna necesidad de repetir.

26/10/2024: Lo mínimo que se pide hoy en día cuando se va a un restaurante es que se pueda adaptar a las personas que tienen alguna alergia o intolerancia pues este no es el caso de este restaurante porque si una persona es intolerante a el gluten por ejemplo en este restaurante no se podria tomar ni elado ni patatas ni un montón de cosas. A parte de esto el servicio que ofrecen es muy malo