Yemanja en Cartagena

¡Excelente lugar, excelente ambiente, excelente servicio y deliciosos snacks!

Un lugar muy recomendable con una pequeña terraza en el puerto. No tiene gran variedad de carta pero el ambiente y la música son muy agradables para pasar un buen rato. El trato muy cercano con un personal muy atento. Para volver!

Gente encantadora, buena comida.

Llevamos años viniendo a La Manga, y Yamanja es sin duda una de las mejores experiencias gastronómicas que hemos tenido aquí. El propietario, una Magdalena cálida y amable, da la bienvenida a cada huésped como un viejo amigo, creando un ambiente verdaderamente personal y acogedor y relajado. ¿La comida? Impecable. Cada bocado (no solo el plato) era una alegría para las papilas gustativas. Empezamos con burrata y remolacha, gambas al ajo celestiales —honestamente diferentes a cualquiera que haya tenido antes— y alcachofas perfectamente preparadas. Para la mayoría, tenía la mejilla de res, que estaba derretida en la boca tierna. Absolutamente impresionante. Añádele a eso la música: gustosa, jazzística, relajada — estableciendo el estado de ánimo perfecto sin dominar la conversación. Está claro que el pensamiento y el amor entran en cada detalle. Yamanja no es solo una comida, es una experiencia. Muy recomendable.

Buenísimo todo el asiático el mejor de Cartagena

Hemos cenado allí y ha sido una grata experiencia .

Si hubiera 10 estrellas le daría. Esta cena para el cumpleaños de mi marido... como somos conductores de autocaravanas trotamundos no es tan fácil ser original. Pero realmente una sorpresa para mi marido... platos exquisitos, una bienvenida mágica... me faltan las palabras... vienen muchas.....

Gran ambiente y excelente música, personal muy servicial y amable y una gran selección de comida y bebidas. Las vistas son excelentes a través del puerto.

Visitamos este café el 4 de abril de 2025, un domingo, sin reserva previa. Al principio dudaron mucho en asignarnos una mesa, y después tuvimos que esperar 1,5 horas solo con bebidas; incluso pensamos en irnos a un café vecino, y solo entonces nos sirvieron el primer plato. Los camareros atendían principalmente a mesas con reserva y grupos grandes, y hacia nosotros mostraron poca amabilidad y predisposición. Solo una señora mayor fue más atenta y cordial. También pedimos un café con leche, pero su preparación fue decepcionante: sin sabor alguno, de calidad muy dudosa. Como aspectos positivos, destacamos la terraza con una bonita vista a los barcos y la presentación de los platos en estilo español. Pero más allá de la cocina y el entorno, es fundamental ofrecer un buen servicio. Además, que se permita fumar en la terraza arruina bastante la experiencia. Lamentablemente, no volveremos y no podemos recomendar este lugar como un establecimiento de buen nivel.

Todo un acierto. El pollo tikamasala una maravilla. Hemos comido 6 y todo muy bien.