El cocinero no tiene mala mano, y se nota que intentan darle una vuelta a lo tradicional. Aún así falta pulir los platos. Comimos un carpaccio de gambas con reducción de mango, que habría estado mejor si también llevará aceite y sal y una fideua con unas gulas de trigo a las que le faltaba cocción y que resultaban difíciles de comer. Aún así, el fumet que llevaban y el marisco estaba muy rico
Todo estaba riquísimo. Tomamos empanada y saquitos de secreto y foi, bueniiisimo.
Después crocante y picaña. La carne en su punto, muy rica y una racion generosa, con chips y verduras, muy rico....
Un tiramidu de postre, también muy rico. La atención y servicio, excepcional.