Vinodiario en Salamanca

Una de las mejores cosas que hicimos al visitar Salamanca. Este lugar está más que recomendado, fuimos porq era el número uno en una lista de lugares para comer en Salamanca y muy complacidos con todo, sobre todo con la atención de Mónica y Ricardo. Un placer chicos, esperamos volver. Muchos éxitos.

Día de San Valentín. No teníamos reservas pero nos hicieron espacio en el bar. La comida fue increíble, el ritmo fue correcto y la lista de vinos no decepcionó. Buen ambiente y buena acústica. La gente era encantadora. Altamente recomendado.

Es un sitio con encanto, vino y comida muy rica y el servicio te hace sentir como en casa. Sin dudas, es un sitio para repetir

Comida excepcional, servicio muy bueno y con encanto. L@s chic@s que trabajan aquí, todo un gusto verles trabajar, no te falta de nada en ningún momento. Sin duda, si vuelvo a Salamanca, volveré a visitarles.

Increíble comida, servicio y selección de vinos.

Ciertamente no es una tapería con muchas mini degustaciones sino más bien un restaurante. Las dos tapas estaban muy buenas al igual que la carne. Definitivamente porciones que vale la pena compartir. La amabilidad de Álvaro fue única: nos ofreció una probada de queso, nos hizo probar tres vinos antes de elegir el que beberíamos y finalmente nos ofreció los licores. Gracias por la gran hospitalidad.

La calidad muy buena. La tosta y la carne que nos tomamos espectacular. La tarta de queso brutal. Hay que reservar para ir. Volvermos

Pequeña mezcolanza entre bar y restaurante, no sé si denominarlo como gastrobar. Fuimos 4 amigos reservando con antelación, el sitio estaba lleno, tiene apenas 7-8 mesas, no hacen falta más, porque se ciñen en lo importante, satisfacer al comensal. Con una carta curiosa, diría que sin mucha variedad, te encaminan al producto que ellos trabajan, y la verdad que está muy bien, porque garantizan un plato de calidad y bien trabajado, sin sorpresas. Un trato ejemplar, ágil y adecuado. Empezamos pidiendo un ribera para enjuagar, botella barata, diría que desconocida entre la maraña de bodegas imperiosas: Yotuel, exquisita, se denotaba la cultura enóloga del camarero en su discurso durante el descorche. Proseguimos con los sólidos, todo para compartir: bacalao, ensalada de pimientos, arroz, hamburguesa de morucha, mollejas, boletus y garbanzos; rematando con una tarta de queso. Todos los platos de un sabor sorprendentemente bueno. Muy grata la recomendación de los camareros, donde no indicaban la categoría de uno u otro plato, si no que iban un nivel más allá y te recomendaban que raciones compaginar de tal manera que los sabores se potenciaran: el bacalao con los pimientos, las mollejas con los boletus, los garbanzos con la carne. Un acierto en su conjunto, destaco el arroz y los garbanzos por encima del resto. Pagamos 38€/persona. Restaurante absolutamente recomendable.

Bacalao muy rico ensalada de pimientos asados. Soberbia y secretos. También interesante. Amplio surtido de vinitos. Buena relación calidad precio

Bonito e íntimo lugar con servicio exquisito y calidad de la cocina más allá de los tradicional. Cada plato delicioso, nos sorprendimos de forma enloquecida gracias a l tarta de queso. Nuestro único punto a mejorar es el jamón. No sabemos si era por el corte o por la marca de jamón, pero hemos comido jamón ibérico de bellota mejor que el que nos pusieron.