Villa Esperanza Bar en Cartagena

El sitio super bonito un ambiente precioso y muy buen servicio los batidos buenísimos y super barrato

Villa Esperanza, Cartagena, año de construcción 1.897, su dueño Sandalio Alcantud Oliver la mandó construir a las afueras de la cuidad (en la actualidad está en el centro del barrio Peral), le puso el nombre de su primogénita Esperanza. Se mantiene la fachada como antaño pero el interior, a pesar de su rigurosa restauración con frescos en las paredes, mobiliario y un sin fin de detalles más, en sus orígenes habían numerosas obras de arte y tallas en madera a tamaño real de indígenas, un belén con movimiento, una cochera con varios carruajes, un vehículo a motor, casas aledañas para el servicio y demás excentricidades q pudiera permitirse su señor. Sandalio llegó a Cartagena con 12 años sin nada más q ingenio y ganas de trabajar, fue creciendo y ganando importancia en el mundo de los negocios y acabó siendo de los empresarios más influyentes de finales del S.XIX y principios del S.XX, llevando a cabo transacciones con Alemania y Holanda. Hoy en día no tiene mayor complicación con la globalización pero antaño era un logro de lo más significativo, sólo al alcance de unos pocos y grandes empresarios. Hoy en día es una maravilla poder tomarse un refrigerio en un palacete histórico, hacerlo de forma tranquila pq el ambiente así te hace sentir, no hay música, no hay distracciones salvo los miles de detalles q tiene cada sala, puedes entrar en detalles q no se terminan, la decoración está recargada hasta los topes al más estilo barroco, las luces tenues le dan un ambiente especial y acogedor rozando lo misterioso. El personal de lo más amable y atento, los precios ajustadísimos, la carta de batidos, cafés, cócteles, gofres, crepes... Por cierto, no encontré reseñas q dijeran si se podía ir con niños así q entré a preguntar y SÍ lo pudieron disfrutar también. A las 17h, hora de apertura, merienda con niños, y el q quiera alargarla puede hasta la 1am. Inevitable volver a visitar éste enclave tan interesante!!!

Todo de 10 es un sitio con encanto.

⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️ Villa Esperanza es un lugar encantador con mucha historia: se trata de una antigua villa modernista del siglo XX restaurada con muchísimo gusto.  Su ambiente es elegante pero relajado, con salones íntimos, patios con vegetación y rincones perfectos para disfrutar de una bebida tranquila.  La carta ofrece cafés, batidos naturales, cócteles artesanales y sorbetes de fruta fresca; todo elaborado con cuidado.  El servicio es muy amable y profesional, lo que hace que la experiencia sea aún más especial. Además, su puntuación es alta: 4,7 sobre 5 según varias opiniones.  Un sitio ideal para tomarte un respiro, leer, charlar o simplemente desconectar. Muy recomendable si buscas un rincón con estilo, carácter histórico y buen gusto.

No puntuo la comida porque solo tomamos cócteles y batidos, todo muy bueno y barato, la casa espectacular, nos sentamos donde la escalera y es muy bonito y la decoración me encanta te traslada a otra época, los dueños espectaculares, sin duda volveremos

Un lugar curioso y original. Si estuviera mejor cuidado y con un buen mantenimiento sería un sitio con encanto indispensable para tomar un "algo"

Sirven lento. Aunque es para atender mejor.

Siempre es perfecto. El ambiente muy tranquilo, el servicio familiar. Quedo siempre muy bien llevando a mis invitados. Los batidos muy buenos, los sorbetes muy recomendables y los combinados excelentes

Este lugar es mágico, el camarero es super sociable y simpático, los batidos, los cócteles, los cafés y el chocolate están buenísimos, sitio recomendado si quieres estar tranquilo hablando, éste es tu sitio. En Navidad lo decoran todo increíble, la villa es preciosa. Un 10/10

Trato muy bueno, puedes sentarte en cualquier zona del local y perderte entre muchos libros que hay dentro. Sorbetes increíblemente naturales (con una rodaja de lo que pidas) y en caso de acompañarlo con algo dulce, vendrá recién hecho. Muy buenos precios para la calidad que tienen. 👍