VICTORIA "Gastrobar" en Barbastro

Patatas bravas originales, muy recomendables. Las tapas y raciones tienen muy buena pinta. Están bien elaboradas. Como es habitual quien parece ser el dueño es menos simpático que los camareros. La cerveza no le iría mal un poco más de frío ;-) La copa de vino es irrisoria, parece que se les haya caído una gota en la copa por accidente.

Excelente bar! No somos de Barbastro y entramos mientras dábamos una vuelta para tomar un vino. Y de ahí, una tapa tras otra y salimos cenados. Todo muy bueno y la atención excelente. Pedimos el paté de higaditos de pollo con mermelada de higos, los bisaltos que estaban muy buenos y sin hilos y las croquetas

Muy recomendable. Buen trato y comida deliciosa. Recomendable el solomillo (repetimos) y las croquetas. Pobres caseros de lujo.

Nos dejamos llevar por los consejos del personal, y fue un acierto. Crema de arenques con tomate y mantequilla, pochas (riquísimas), tortilla de bacalao, tabla de quesos... Todo mejor que lo anterior. Servicio puro de hostelería, de los que ya hay pocos. Muchas gracias, en nuestra próxima visita a Barbastro será visita obligada.

Encontrado por casualidad y totalmente recomendable. Trato excelente del propietario, comida sorpresa según su criterio y sin faltas ... Todo riquísimo, precio asequible y maravilloso rato.

Calidad precio muy buena, vinos espectaculares de la zona Samontano y atención excelente del dueño. Volvería con los ojos cerrados.

Una joya gastronómica en Barbastro Hemos disfrutado de una comida espectacular en el Gastrobar Victoria. Desde el primer momento, la atención fue inmejorable. José Antonio, el dueño, y su hijo Juan nos hicieron sentir como en casa, atentos, cercanos y con una pasión por la cocina que se nota en cada plato. El paté de pollo, elaborado por el propio José Antonio, fue sencillamente increíble. Nos explicó con detalle cómo lo hace, y se agradece ese toque personal y artesanal. Los espárragos, el tomate (aunque no era de Barbastro, como él mismo nos explicó), todo riquísimo. Las lagrimitas de lagarto ibérico fueron una auténtica delicia, y el cachopo… sin palabra, las Bravas impresionantes, y como punto y final la torrija. Cada plato estaba muy bien presentado, con productos de calidad y una elaboración cuidada. Se nota que aquí se cocina con mimo. Una experiencia de 10. Volveremos sin dudarlo y lo recomendamos 100x100

Lágrimas ibéricas con salsa de berenjena, LAS PATATAS BRAVAS y calamares rebozados con mahonesa de albahaca. Todo muy bueno, destacar las bravas, indudablemente un plato que llena solo con verlo.

Comida casera de calidad y raciones generosas. Llegamos con la cocina cerrada y aún así el dueño nos improvisó un menú basado en sus recomendaciones, y qué acierto más grande!! Buena gente y muy buena comida.

La comida es de muy buena calidad, así como el servicio... Las cantidad de los platos, desde mi punto de vista es más que suficiente, incluso mucho para mí. Recomendable visitarlo