Solo me tomé un café, así que solo opinaré sobre eso.
Creo que es un local al que se le podría sacar mucho más partido. Es amplio, luminoso, la decoración está bien. Pero, al entrar, te viene un fuerte olor a fritanga de la cocina, porque la puerta de la misma estaba abierta. Eso hizo que a punto estuviera de irme del local. Tomarte un café oliendo a fritanga no es lo más apetecible.
La iluminación es de luz fría. ¡Dichosa luz fría que ponen en muchos locales de restauración! ¿No se dan cuenta de que empeora mucho el ambiente?
Por último, da la impresión de que quien trabaja aquí es la mujer, que está en la cocina. El hombre está detrás de la barra, sin estresarse demasiado, con poca iniciativa. Y habría muchas cosas por hacer: tapar unos cables colgando que hay en el techo; sacar más brillo a cristales y vitrinas; limpiar todas las lámparas del techo, que tienen bastante grasa (consecuencia de tener la puerta de la cocina abierta)…
La señora sale con fuentes de comida y las deposita en el mostrador. Tiene muy buena pinta y los comentarios que he leído son positivos.
En fin, ¡cierren la puerta de la cocina! El local podría tener mucho más éxito.