Hoy paré en Manresa para comer mientras cargaba el coche. La Lambretta me llamó la atención, pero la comida y el servicio de Natalia (que hablaba un inglés perfecto) fueron lo mejor.
Los vegetarianos podrían probar las patatas alioli y la deliciosa tortilla para el brunch o el almuerzo.
Un lugar tranquilo donde tomar un simple café, tomar una cerveza con los amigos y cenar muy bien con sus buenas tapas. Todo bastante bueno, y buena presentación. Volveremos…