Extraordinario lugar para comer y cenar. Cocina mejicana auténtica (sé lo que hablo), servicio rápido y atento, precios adecuados (más bien baratos en relación a las cantidades que sirven) y terraza al aire fresquito de la noche sevillana.
Los nachos extraordinarios, la queka divina y las enchiladas sublimes...
Para el final dejo el postre, el llamado Carlota lleva el sabor del limón hasta el mismo cielo de Oaxaca, simplemente maravilloso. Tuvimos que repetirlo!
Restaurante informal y muy recomendable.