Tasca-Restaurante Rincón de Tara en Güímar

Buen ambiente, buena comida, costó un poco aparcar pero al final lo conseguimos

The quality of the food was exceptional and impressed us from the very first moment. The hospitality was equally remarkable, with every interaction feeling warm and genuinely attentive. The atmosphere of the place is truly unique and immediately makes you feel welcome. The service stood out through its natural kindness and real passion for what they do. This restaurant is an outstanding recommendation for anyone who loves good food and appreciates an authentic and heartfelt experience. I will definitely return. La calidad de la comida fue excepcional y nos impresionó desde el primer momento. La hospitalidad fue igualmente destacada, con cada interacción llena de amabilidad y atención genuina. El ambiente del lugar es verdaderamente único y hace que uno se sienta bienvenido desde el inicio. El servicio destacó por su calidez natural y por la pasión real que transmiten en su trabajo. Este restaurante es una recomendación absoluta para quienes aman la buena comida y valoran una experiencia auténtica y acogedora. Sin duda volveré.

Ya he estado en el restaurante varias veces y la opinión no varía. El entorno es muy bueno, el servicio muy profesional y cercano y la comida muy buena. Lo recomiendo.

Hemos celebrado mi santo en este restaurante. Comida excepcional, servicio impecable y el lugar está genial. Ya lo conocía de comer allí con compañeros. Tanto nos gustó que repetimos el domingo que viene. Muy recomendable. Sitio encantador.

Comida con mucho sabor y atendimiento del 10

Comida rica y servicio amable. Terraza amplia y puedes ir con tus perritos. Las croquetas es lo que menos me gustó. Y lo que más el bacalao en tempura. Pedimos también pulpo relleno y churrasquito ibérico. De postre tarta de queso

La comida excelente, los platos no tienen muchísima cantidad pero la calidad es perfecta!

Los platos realmente deliciosos y muy bien elaborados. Los rollitos de calabacín y berenjena, la ensalada de tomate negro, los saquitos rellenos de queso y especialmente bueno el bacalao con tempura negra de calamar, muy original y delicioso. Los postres muy ricos también. El servicio muy profesional y amable aunque un poquito lento. Difícil aparcar cerca. Pero a diez minutos andando suele haber sitio.

Es un sitio encantador. Al fondo tiene una terraza o jardín donde puedes comer, tranquilo y al aire libre. Me dió la impresión de que era un negocio familiar con mucha dedicación. En concreto el camarero que nos atendió (el cual estaba en una foto del comedor) lo hizo de tal manera que nos sentimos en casa. Comimos el queso frito, que estaba muy bueno y preparado de una manera distinta a como se suele comer por aquí. También como entrante elegimos unos saquitos de queso y cebolla caramelizada y mermelada de tomate que estaban deliciosos, daba pena terminarselos. Después, como plato principal, este camarero nos sugirió el pescado del día y no se equivocaba, ya que estaba perfecto. Para terminar probamos los "barraquitos" un café con licor y con leche condensada, que efectivamente, tal y como nos dijo, le salen cojonudos, esto, junto al postre, que elegimos el helado de higos con miel de palma y de nuevo, nada malo que decir. En definitiva, un sitio al que volvería si volviese a la zona (estoy de vacaciones por aquí). Precio: La cuenta en total fueron más de 70€. Para dos personas. Algo elevado para mí gusto, pero es cierto que sales de ahí satisfecho, tanto por el producto, que se nota de calidad, como por el sabor, y por supuesto el trato del personal.

Soberbio. No tiene una estrella Michelin, puede tener las que quieras.