TANGO JAVEA en Xàbia

Sencillamente espectacular, el sitio es inmejorable con vistas al cabo san Amtonio. Comida mediterránea muy correcta y un servicio muy amigable. Lo recomiendo

Un restaurante sólo para los que son capaces de disfrutarlo. Porque este rincón de Jávea merece la pena vivirlo una y mil veces. El entorno es espectacular, con esa terraza rozando la cala Tangó, con el mar a 2 metros de tu plato, a los pies del acantilado del Cabo de San Antonio. La comida es sencilla sin platos complejos de alta cocina. Sardinas, sepia, pulpo, mejillones, cocas, pescado frito... también carne... Es verdad que el dueño es singular pero hay que saber que si actúas con educación y te comportas correctamente, él también lo hace... y con un humor irónico muy gracioso. Pero si eres impuntual e irrespetuoso en las formas de pedir o de decir las cosas es mejor que vayas a otro tipo de restaurante en el que están más acostumbrados a tener todo tipo de clientes. Nosotros lo conocemos desde hace 4 años y pese a leer las críticas negativas la primera vez nos arriesgamos sólo por el lugar donde está. Y cada año volvemos a vivir esta experiencia y a reírnos junto al propietario de sus comentarios con esa chispa que tiene.

Probablemente el rincón más bonito del Mediterráneo. Familiar, con una cocina inmejorable y unas vistas que quitan la cabeza. Para entrar y no salir jamás. El lenguado a la meunière parece que lo haya hecho Nuestro Señor en persona. Y son un amor, los demás es que tenéis poca idea de la vida.

El lugar perfecto para comer. Se encuentra en una de las calas de Jávea . No habríamos encontrado este lugar de no ser porque fuimos a coger un barco al final del puerto. Está bastante escondido. Mejor para comer que para cenar por las vistas. Decoración muy marinera, muy bonito. Servicio perfecto, con clase. Unos 20/25 euros por persona. Comimos raciones. Todo muy bueno. Pedimos croquetas, ensaladilla rusa y gambas al ajillo. Si reserváis, mejor.

Es un lugar precioso. Solo entramos a tomar algo. El encantador Jonathan nos recibió con cariño y nos atendió de maravilla durante la hora que estuvimos allí. Volveremos a comer.

Si conoces el manual del usuario y lo sigues, tienes un gran profesional. Si no lo sabes, no tienes nada que hacer aquí. Me parece una joya que alguien tenga un taller aquí al que no le importa el dinero, la fama ni las buenas críticas, sino que es asertivo, directo y siempre nos sonríe, aunque no sea sincero.

Excelente ubicación, justo al lado del mar; maravillosa vista y afortunadamente no tan concurrida. Puede que sea demasiado remoto para muchos turistas. Por lo tanto, el propietario tiene que cobrar 3 euros por un café pequeño. No más que en Alemania, pero entre un 100 y un 150% más que en la Costa del Dol y allí no es peor. Me pregunto con qué frecuencia un local con un salario medio de 800 a 1200 euros puede tomar café allí.

Súper ubicación. El servicio no es nada amigable. Y las patatas brava son carísimas. 12 euros por un plato de patatas fritas con piel y salsa. Esperaba algo diferente por ese precio.