Taberna Restaurante las Murallas en Ávila

Volvimos luego de 9 años y sigue igual de fantástica la comida. Pedimos para trapear orejas, richarones y un cabrito asado. Con vino de la región. Deben ir.

Excelente atención de Gabriel muy amable y atento

Estuvimos comiendo en este local y la atención por parte del personal fue muy buena: amables y atentos en todo momento. Sin embargo, en cuanto a la comida y algunos detalles, la experiencia fue algo desigual. Pedí un chuletón de Ávila (29 €) que, aunque tenía buen tamaño, venía con un hueso enorme y bastante grasa, por lo que me pareció que había demasiado desperdicio. Además, lo pedí al punto pero llegó bastante crudo en algunas partes; eso sí, al comentarlo, lo pasaron un poco más sin problema, lo cual se agradece. La copa de vino Ribera del Duero (4 €) estaba bien de sabor pero fue bastante escasa. El pan correcto (1,5€). Mi mujer optó por el menú de la casa (24€) con patatas revolconas, que estaban muy buenas, pero los filetes de pollo estaban secos y duros, como si se hubieran cocinado demasiado tiempo, quizás fritos en exceso. Tanto fue así que tuvo que dejar uno entero y del otro apenas pudo comer una parte. La botella de agua 0.5 l. aparte (2,60€). Un detalle que también nos llamó la atención fueron los cafés con leche (2,20 €), servidos en tazas pequeñas, similares a las de café solo, con muy poca cantidad de leche. Por el precio, esperábamos una taza más acorde con un café con leche tradicional. En resumen, es un local con buen ambiente y excelente atención, pero con varios aspectos que podrían mejorar en cuanto a relación calidad-precio y ejecución de algunos platos. Una opción más orientada a turistas que buscan comida típica sin grandes exigencias.

¡Muy bien! Comida súper rápida y bien preparada, ¡y personal muy amable!

Recomendado !!! La atención excelente y la comida muy buena.

Es un sitio turístico, ¡pero no te engañes! Mira, si vienes a Ávila y no pruebas la sopa de pan local, ¿acaso fuiste? Este acogedor rincón junto a las murallas es de una tradición descarada; es decir, sí, es pan empapado en un tazón, y sí, te gustará al tercer bocado. Pero las Yemas de Santa Teresa (yemas de huevo confitadas) también son imprescindibles. Son pequeñas esferas naranjas de azúcar y yema. Tienes que probar la comida local.

No suelo escribir reseñas, pero aquí fueron súper amables. Llegamos un poco antes del cierre y aun así nos recibieron. Se tomaron el tiempo de explicarnos los platos y fueron muy amables. ¡Y la comida también estuvo buenísima!

Qué lugar tan encantador y acogedor. Probamos el pastel de limón casero con chocolate caliente y un café. Merece la pena visitarlo para disfrutar de una comida deliciosa.

Gabriel el Sr, camarero excelente atención y la chica camarera de la terraza excelente,

Muy buen trato y mejor comida Lo recomiendo a todo el mundo