Taberna Plaza Vieja en Fuengirola

Taberna de estilo Andaluz y ambiente taurino, al entrar nos encontramos con Almudena que siendo su primer día de trabajo nos convenció cenar en Fuengirola. Todo discurrió perfectamente, platos sencillos y ricos. En el postre, la recomendación de Gabriel fue todo un acierto con la piña braseada(riquísima). Un rincón del que no te puedes ir sin parar en él, ¡animar al resto de la plantilla a seguir así! P.D. Por cierto a escasos 50 metros está el parking de la plaza Constitución, por lo que, no hay problema de aparcar.

La comida estaba muy buena; después del aperitivo, decidimos irnos. Un camarero experimentado regañó a una aprendiz, y no solo una vez, porque colocaba botellas de aceite de oliva en todas las mesas, y así no funcionaba. Luego tuvo que devolver uno de los platos que había traído a la mesa porque estaba dividido en dos partes y debían servirse juntas. Era demasiado incómodo sentarse allí y ver a la pobre chica que hacía lo que podía sin recibir la formación adecuada. La comida estaba deliciosa, pero fue simplemente desagradable experimentar eso. Triste.

La comida era deliciosa, el ambiente era acogedor y el servicio era excelente.

Hemos cenado en la taberna y estaba todo genial. Pedimos croquetas, solomillo, tortilla de camarones y queso. Nos pusieron aceite para acompañar el queso; que se agradece mucho. Los camareros muy atentos y amables. Repetiríamos definitivamente.

Fuimos un día a cenar fuera y la comida, como siempre, espectacular: el pulpo a la parrilla, las croquetas de jamón cremosísimas... pero el servicio fuera fue un poco flojo. El camarero, un señor mayor, iba bastante agobiado y había que repetirle las cosas. La segunda vez decidimos cenar dentro, y ahí sí que aterrizamos bien. Nos atendió Gabriel, un crack. Atento, simpático, rápido y con un arte que te hace disfrutar más aún la cena. Nos recomendó el chuletón y fue un acierto total. Da gusto cuando alguien disfruta lo que hace. Gabriel, grande tú y tu "aterrizamos".

It’s an average restaurant, the food is okay but nothing special. It’s clearly made for tourists, and I wouldn’t try it a second time. There are many other places in the area that offer much more authentic Spanish food. Edit, disclosure: I’ve added more photos. In one of the pictures — the one with the French fries — that is not the accurate portion size, because half of the fries had already been eaten by my daughter. So don’t think that’s the actual amount of fries served. Look at the bread they brought to our table. It’s the type of bread that either comes frozen and is quickly baked in the oven, or the kind you buy in sealed bags with a four-week shelf life from Lidl in Germany — or probably anywhere in the region — and just bake for 10 minutes. Besides the fact that it came out hot and hard, my wife’s reaction was that she hadn’t seen bread like that in a long time. That’s a clear sign this is a purely tourist-oriented restaurant, with zero interest in food quality — almost an insult, honestly. On top of that, the bread they brought at the beginning with the olives was charged at €3 at the end of the meal, even though we never asked for it and were never told in advance that the bread would be billed. In the end, when you’re on vacation, paying €3 more or less doesn’t really matter, but these little details are clear indicators that this is a tourist trap and a place you’d be better off avoiding. Es un restaurante promedio, la comida está bien pero nada especial. Está claramente pensado para turistas y no lo volvería a probar. En la zona hay muchos otros lugares con comida española mucho más auténtica. Edición, aclaración: He añadido más fotos. En una de las fotos — la que muestra las papas fritas — esa no es la porción real, porque la mitad de las papas ya se las había comido mi hija. Así que no piensen que esa es la cantidad original de papas servidas. Fíjense en el pan que nos trajeron a la mesa. Es el tipo de pan que viene congelado y se mete rápidamente al horno, o el que compras en bolsas selladas con una fecha de caducidad de cuatro semanas en Lidl en Alemania — o probablemente en toda la región — y que solo horneas durante 10 minutos. Además de que llegó caliente y duro, la reacción de mi esposa fue que hacía mucho tiempo que no veía un pan así. Eso es una señal clara de que este es un restaurante orientado únicamente al turismo, sin ningún interés en la calidad de la comida, casi una burla, sinceramente. Además, el pan que nos trajeron al principio con las aceitunas nos lo cobraron a 3 € al final de la comida, aunque nunca lo pedimos explícitamente y nadie nos dijo de antemano que se iba a cobrar. Al final, cuando estás de vacaciones, pagar 3 € de más o de menos no importa tanto, pero estos pequeños detalles son indicadores claros de que se trata de una tourist trap, un sitio al que es mejor no ir.

Taberna tradicional ambientada con motivos taurinos. Buen ambiente, buena cocina y buen trato. RCP aceptable también. La comida muy rica. Pedimos platos para compartir. El calamar a la plancha que nos sugirió nuestro camarero, muy bueno. El rabo de toro, exquisito. Ya conocíamos el sitio y habrá que volver.

Genial y auténtico restaurante español. Comida excelente, con una gran variedad de platos típicos españoles. Camareros muy bien preparados (¡muy amables!). ¡Una gran carta de vinos y un brandy español maravilloso! ¿Qué más se puede pedir?

Excelente lugar,con tradición, comida de lujo y trato excepcional.Gracias a Gabriel,por su profesionalidad,amabilidad y su humor

De lo poco que queda para el turismo nacional. Si buscas comida tradicional de Andalucía en Fuengirola, es una de las pocas opciones que la “calle del hambre” te ofrece para degustar nuestros productos. Lejos de turistadas, tiene un magnífico servicio y una carta variada plagada de nuestros mejores productos