Inicialmente fuimos a uno porque tenía muy buena puntuación y reseñas pero no había sitio por tener reservas ya hechas y accidentalmente vinimos a esta Taberna que estaba a unos 30 metros. Y bendita casualidad. Simplemente espectacular. Cenamos pimientos del padrón, calamares y jamón asado con una copita de albariño y de postre tarta cubana. No tenemos palabras para describir suculentos manjares. Solo que no teníamos tema de conversación, solo disfrutamos de cada bocado.Todo casero. Recomendable al 100%. En un día nos vemos pero sin duda repetiremos o mañana para cenar de nuevo. Merece la pena estando a 900 km.