Taberna Jerez en Granada

El bar hasta los topes, y, aún así, los camareros súper agradables, educados y trasmitiendo buen ambiente. Es un gustazo ver cómo lo llevaban todo genial, la cocinera sin parar, y todas las tapas a tiempo y muy buenas! gente así trabajando da gusto! Mi enhorabuena

Una taberna que debes de visitar si vas por el Realejo

Bar de los de antes, que quedan pocos ya en Granada. Servicio muy atento y agradable. Las tapas muy buenas. Pedimos una ración de pulpo, tardó un poco pero mereció la pena. Exquisito. Además puedo entrar con mi perrita. Así que un 5/5.

Sitio genial para tomar cañas y pasar un buen rato, la muchacha encantadora y la comida genial! 100% recomendable

Viva esta taberna y la señorita que atiende espectacular..( señorita Eli) Tapeo granadino de calidad

Me encantó la taberna, sus tapas excelentes, la atención por parte de Angela y Sus compañeras inigualable, el trato la rapidez, el ambiente muy familiar y acogedor, volveremos a ir sin duda

Que agradable mañana/tarde en esta taberna donde nuestra amiga Ángela nos a tratado como reyes! Aparte la pobre niña estaba sola en el bar durante los premios goya haciendo bar y terraza! Volveremos muy pronto! Ángela te adoramos guapa!

He venido durante años, y desde que están Andrea, Angela y Eli es otra cosa. Muy bien ambiente y tratan muy bien al cliente!!! Ahora sí :)

Buen servicio que dos personas lleven tantos clientes sin demorarse mucho es que son pro.. la tapa que pedimos correcta y el local está limpio. Tienen terraza!

Ojalá hubiera más sitios auténticos como éste en el centro y en el Realejo. El mejor sitio para comer o tapear en el Realejo. Cuando ves que el local está lleno de gente de todas las edades, tanto jóvenes como gente del barrio de toda la vida es buena señal. Todas las tapas (que se pueden elegir) están realmente buenas. Recomiendo el plato de secreto de cerdo, que puedes elegir con guarnición de pimientos del padrón o patatas. Mucha calidad. El servicio es inmejorable. La camarera es muy amable. Incluso en una ocasión preguntamos si tenían postres, y aunque no tenían, nos sacó un poco de bizcocho como invitación de la casa, acompañando de unos chupitos. La única pena es que no queden más bares auténticos como este en el barrio. Sin duda un sitio perfecto.