Restaurante Seda Club en Granada

Enhorabuena por el servicio que tenéis, muy en especial el de Javier, cuyo trabajo es excepcional a pesar de que se nota la falta de personal siendo un hotel de 5 estrellas.

Muchos claros y sombras….. Buen servicio y camareros muy profesionales, algo que se agradece porque se está perdiendo. Fuimos a cenar con unas expectativas altas y no fue así. A los platos le falta detalles… Ese aperitivo de rica mantequilla con otro pan iría mejor Espárragos blancos con mucha fibra El canelón riquísimo Al paté le falta algo… y ese pan de semilla de hace días, le sobra (en carta pone pan de cristal y no lo es) El magret muy rico, pero 4 trocitos… Los postres bien, no sorprende… Es un lugar correcto para un almuerzo o cena, de los clientes del hotel.

Una cena para el recuerdo,la comida deliciosa el servicio amable y atentos el local muy acogedor y el ambiente muy agradable, recomendable 100x100 , repetiremos seguro

Estuvimos súper agusto, la comida riquisima( recomiendo el rabo de toro) la atención también estupenda y el ambiente muy tranquilo, repetiremos seguro.

Estuvimos hace unos días cenando mi marido y yo, aprovechando la ocasión para celebrar mi cumpleaños. El local está espectacularmente decorado y es muy agradable, y los platos bien ejecutados, originales y la mayoría muy ricos, pero el servicio y algunos detalles, pienso que no se ajustan a un hotel de 5 estrellas. Estamos acostumbrados a comer en todo tipo de restaurantes, pero cuando se pagan 60-70€ por comensal, entendemos que el cambio de cubiertos y platos (especialmente cuando te van trayendo platos con diferentes salsas), se da obviamente por sentado, sin embargo lo tuvimos que solicitar. Al terminar la cena quisimos tomarnos una copa en el Clandestino, un espacio que en su web se anuncia precisamente para ello: "Tras disfrutar del restaurante Seda Club, nada mejor que continuar la tertulia al calor de El Clandestino con absoluta privacidad y disfrutando del selecto servicio de bar", sin embargo, y para nuestra decepción, nos informaron de que únicamente se permitía su entrada a huéspedes alojados en el hotel (se agradecería que este detalle se explicara claramente es su web, la verdad), por lo que pedimos un par de cocktails en el bar situado en el mismo espacio que el restaurante, que, aunque estaba pegado, era un rincón agradable. Esperaba una carta con una oferta bastante más original y arriesgada, con cocktails de autor, pero en mi opinión, es muy limitada. Pedí el Dirty Martini, que al menos se diferenciaba un pelín del resto de los clásicos, pero a los 10 minutos la persona que nos atendió, por desgracia nos dijo que se habían quedado sin jugo de aceitunas y sin salmuera. La verdad que no se entienden estas cosas en plena Navidad, y en un local de esta categoría; ni eso ni que a las 12 de la noche cierren (y que tampoco pudieron enseñarnos la azotea ya que a las 23:00 cerraba), estando en pleno centro en una ciudad con tanta vida y ambiente como Granada. La experiencia fue agradable en general, pero, como digo, ni muchísimo menos a la altura de un 5 estrellas.

Ayer 7 de diciembre estuvimos en el restaurante cenando con unos amigos, es un sitio donde se respira tranquilidad con una cuidada decoración, se agradece en este tiempo de tanto bullicio en la ciudad, la camarera que nos atendió, fue correcta un poco seria. La comida muy buena nos pusieron un aperitivo de ravioli de conejo en pepitoria, riquísimo, como digo, todo muy bueno los entrantes, el plato principal… por lo que respecta al vino, pedimos en esta ocasión un vino más especial que no tenían en bodega y la persona encargada de los vinos que por cierto fue muy amable, nos aconsejó en sustitución otro vino con el que acertó plenamente, “La Capilla” un Merlot de Castilla y León con muchos matices, en definitiva una experiencia muy recomendable.

Trato excelente, ambiente magnifico, comida bien presentada y muy trabajada, pero los platos son realmente ESCASOS, es un poco ridículo que todo lo bueno que tienes se vea minorizado por ese detalle.