Taberna Galería la Bomba en Gerena

El sitio es precioso, una tasca de las que ya no quedan y la comida riquísima, pedimos pan de la casa con cabrales y carne mechada y estaba riquísimo, variado de quesos,tortilla al wisky, patatas aliñadas y estaba todo buenísimo

Lugar que me ha sorprendido por ser diferente al resto en cuanto ambiente, forma de autoservicio, lo rica que está la comida y lo ajustado de sus precios y el personal muy atento, a pesar de tener bastante público, merece la pena conocerlo.

Las migas están de muerte,los montaditos, esas papas con melva...el sitio me encanta.

La comida muy buena el servicio muy bueno y el ambiente muy bueno.

Solo para tapear, muy agradable.

Como siempre un espacio que sorprende y te retrotrae a recuerdos de gente buena. El olor de las chacinas, los ahumados, los buenos vinos en un espacio limpio sin apreturas y con muchas sugerencias visuales.

La carta me pareció limitada si lo que buscas es comer rollo serranitos y tal... Para tapas esta bien. Es escueto pero tienen buena pinta y de precios estan muy bien. El sitio es grande y hay muchas sillas. Lo raro es que en el baño de hombres solo hay un urinario sin puerta. No hay inodoro...

Una taberna con el ambiente de toda la vida, a la antigua usanza. Dispone de dos entradas, una en cada extremo del local. Tiene una pequeña terraza en la calle, pero al entrar dentro, sigue siendo un espacio exterior porque tiene techo al descubierto, además de muchas hiedras, plantas y macetas que proporcionan ese frescor tan necesario en estas épocas. Para pedir es muy sencillo y práctico, ya que te dan un papelito junto a un boli para que selecciones qué quieres, así como la cantidad de cada plato o montadito. Tienen muchísimas clases de vinos y mostos. Las cervezas de litro están frías a conciencia, pero también tienen el típico y reglamentario tirador de Cruzcampo, así como botellines y tercios. Para mí, el montadito " bomberito" y la tostá de jamón con salmorejo, son de lo mejor, aunque lo he probado prácticamente todo y entra de maravillas al estómago. La única pega, quizás, es que está en el centro del pueblo y puede que aparcar resulte un poco complicado.