06/10/2025: Llegué al Club Nàutic con hambre, sed y la certeza de que el mar me exigiría algo sabroso como ofrenda. Me sentaron en la terraza que da al puerto: mesas perfectamente alineadas, con vista a los yates meciéndose y ese murmullo marino que te hace creer que estás en la portada de una revista de verano.
Le di un vistazo a la carta y pensé: “Si esto no me conquista, al menos sus vistas lo harán” (y vaya que lo hicieron). Para empezar pedí unos mejillones al vapor con su salsita — si el mar fuera apto para hablar, estos mejillones serían su discurso principal. Luego me lancé por el plato fuerte: una lubina a la espalda, con ese punto de sal marina que no la deja ni sosa ni agresiva, redondeada con verduras al dente. De postre pedí algo ligero pero con chispas de atrevido: crema catalana con toque de cítrico, para cerrar con elegancia (y no salir rodando). De bebida, vino blanco local bien frío (porque tengo buen gusto).
Los mejillones no fallaron: jugosos, con ese aroma a mar que hace que después de morder pienses en mojar pan. La lubina fue magia: húmeda, con textura firme, acompañada de guarniciones que no robaban protagonismo, sino que bailaban en segundo plano. El postre fue suave, delicioso, y apenas me hizo pensar “quizá debería haber pedido dos”.
El servicio fue simpático, una mezcla de profesionalidad y cercanía. Cuando me quedé sin pan, aparecieron como por arte de magia. Cuando la copa estaba vacía, la rellenaron. Vi que algunos camareros ajeaban mesas como coreógrafos para que nadie tapara vistas. En momentos de terraza llena había pequeños retrasos (normal en sitio de belleza marina), pero nada que me sacara del mood.
El ambiente fue un combo de mar + charla + risas ocasionales + música suave que no compite con el viento. La brisa entraba entre mesas, me revolvía el pelo (con estilo), movía servilletas. Lo mejor: sentía que cada plato, cada sorbo, estaba acompañado del mar como coprotagonista.
Cuando salí, el cielo ya estaba entre rosa y azul profundo, el puerto se iluminaba con luces tenues y pensé “vale la pena venir aquí una y otra vez”.
19/09/2025: Ubicación y trato espectacular!! Un especial mención para el camarero que nos atendió Jaramillo. Camarero de diez!! Nos salvó el postre!!