28/09/2025: He de decir que, en mi reciente estancia en Salamanca —ciudad preciosa, por cierto— decidí mantenerme fiel a mis costumbres gastronómicas y pasé por una conocida cadena americana de hamburguesas. Llegué temprano, antes de la apertura, y me senté fuera a esperar. Desde las mesas del centro comercial, para mi sorpresa, se escuchaba con total nitidez la voz de un señor que, al abrirse el local, descubrí que estaba cómodamente instalado con su ordenador en una de las mesas. No sé qué cargo ostenta dentro de la empresa, pero lo que sí tengo meridianamente claro es que la educación y el saber estar no figuran entre sus virtudes, no debéis ni ejercer el puesto que os conseguiste a bases de gritos.
El tono de voz era tan desmesurado que resultaba imposible no escuchar cada palabra. Y lo que se oía era, sencillamente, bochornoso: una suerte de videoconferencia en la que se dedicaba a reñir a sus trabajadores con expresiones impropias, hasta llegar a insultarles con calificativos de lo más vulgares. Llegué a escucharle decir que “no era ni su esclavo ni su secretario”, que lo único que le importaban eran las reseñas y las ventas, y que todo lo demás estaba mal. Pues mire usted, como abogada, y como ciudadana, me permito recordarle que la Ley 31/1995, de Prevención de Riesgos Laborales, en su artículo 14, reconoce el derecho de todo trabajador a una protección eficaz en materia de seguridad y salud en el trabajo, lo que incluye expresamente la protección frente a riesgos psicosociales, como son los tratos vejatorios o las humillaciones verbales. Así que, además de impropio, lo que usted hizo podría ser constitutivo de infracción.
Ahora bien, como soy de comer en este tipo de locales, regresé dos veces más durante mi estancia, ya en horarios de tarde-noche. Y debo decir, con toda claridad, que lo que vi de los trabajadores fue encomiable: rapidez, eficacia, simpatía y entrega. Jóvenes que cumplen con su deber con una sonrisa, pese a que, al parecer, tienen que soportar broncas como la suya.
Lo que sí me llamó profundamente la atención fue otro asunto: el comportamiento de ciertos clientes, concretamente algunas madres que acudían con niños pequeños. Madres que se sentaban a charlar y cotillear tranquilamente mientras dejaban a los críos destrozar el salón de juegos y ensuciarlo todo sin el más mínimo respeto. Y, por si fuera poco, luego parecían esperar un servicio de mesa propio de un restaurante a la carta, cuando en cualquier sitio mínimamente decente de comida rápida se entiende que es self-service, y que cada uno recoge lo suyo.
Pues bien, si a usted lo que le preocupa son las reseñas y las ventas, quizá debería empezar por entender que el negocio no mejora gritando a los empleados, sino estableciendo normas claras también para los clientes. Porque, le recuerdo, la Ley 7/1996, de Ordenación del Comercio Minorista, así como el Real Decreto Legislativo 1/2007, que aprueba la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios, reconocen derechos al consumidor, sí, pero también les imponen deberes, entre ellos el de utilizar los servicios de forma correcta y respetuosa. Y el establecimiento tiene la potestad de fijar normas internas de uso de sus instalaciones, incluidas las áreas de juegos.
Dicho de otro modo: ni los trabajadores están para ser tratados como esclavos ni los clientes para comportarse como salvajes. La educación, señor mío, empieza por uno mismo. Y si de liderazgo se trata, el liderazgo no se ejerce a gritos ni con insultos, sino dando ejemplo. A usted lo que se le oyó fue basura, pura y simple. A los chavales que trabajan en ese local, en cambio, se les ve dignidad, esfuerzo y compromiso.
En resumen: cuide usted de su plantilla, que es su verdadero valor; ponga límites a los clientes tóxicos, que también los hay; y, sobre todo, modere el tono, porque su vulgaridad, además de ofender, trasciende los muros del local y deja a la vista, desde la mismísima calle, la falta de respeto que transmite. Y eso, le aseguro, no es lo que uno espera de una marca internacional que presume de estándares de calidad.
26/09/2025: Buenas esperencia no pude realizar mi pedido por el kiosko y vinieron a ayudarme gracias por todo