SoloVida Restaurant en Palau-saverdera

Para mí uno de los mejores restaurantes del Empordà. Comida increíble, buen servicio en una masía espectacular.

¡Este restaurante es simplemente suntuoso! A 10 minutos de Rosas, en un pueblo con encanto, Solovida ocupa una ubicación privilegiada con una tranquila y apacible terraza con jardín. El menú para compartir es delicioso; lo disfrutamos de principio a fin. Los camareros son muy atentos; ¡pasamos una velada maravillosa!

Muy buen restaurante, excelente servicio, excelente cocina. Entorno excepcional.

Decoración muy bonita, pero el personal no fue muy amable. Pedimos paella, pero estaba demasiado salada, y creo que 1,50 por un pan pequeño es excesivo. Decepcionado, esperábamos algo mucho mejor.

Sitio recomendable. Lo mejor de la comida, el bacalao, foie y tiradito de salmón. Como aspectos a mejorar, el calor. Hacía especialmente calor en la terraza y eso que fuimos a cenar. Deberían valorar poner algún sistema de ventilación.

Muy buena comida, buen ambiente, personal muy amable, una gran experiencia.

Masía preciosa con jardines y terrazas muy agradables y bonitos. La comida es correcta (sobre todo los puntos de cocción) pero hay mezclas que no acaban de casarse (el bacalao con queso pues no luce demasiado la verdad) pero la chuleta de cerdo brutal. El aperitivo gentileza de la casa un trozo de mantequilla con trufa encendida como una vela… no le encontré el sentido y para mí no le encuentro demasiado apropiado (aceite del Empordà no sería mejor? Por ejemplo) El postre vistoso y muy bien trabajado con el punto de dulce correctísimo. El servicio lo encontré un poco agresivo (preguntando sin cesar si ya lo teníamos elegido, hasta que un camarero distinto, nos explicó cómo funcionaba la carta VS los menús que ofrecen y que no queríamos) y hubo cambios de cubiertos incumplidos. Creo q es debido a que todos te pueden servir en tu mesa y ninguno sabe q ha hecho el camarero/a anterior. Por lo general entorno precioso y comida correcta.

¡Excelente! Servicio impecable. Un pequeño remanso de paz lejos del bullicio. Nos lo pasamos de maravilla.

Una de las comidas más bonitas que he tenido en años y totalmente inesperada en este pequeño pueblo somnoliento. El lugar es acogedor. Gran relación calidad-precio también. Teníamos el menú establecido con aperitivos para compartir - y el camarero seguía trayendo bocados exquisitos. Para mi plato principal tuve el pato con salsa de moras y para el desierto el panda rosa cotta

Me invitaron a cenar y probar el menú degustación. Buena presentación y muy buena comida. Texturas y sabores muy buenos.