Soca-rel Restaurant Empordà en Palafrugell

El lugar es apartado, en plena naturaleza, con un buen aparcamiento. Bonita decoración, pero las plantas secas del techo deberían renovarse o imitarse, ya que pierden muchas hojas y ramas. Las croquetas están buenísimas. Recomiendo la ensalada de tomate porque está deliciosa. Hay que evitar la plancha de verduras, ya que 4 variedades de berenjenas y pimientos de 2 cm por 16 € no son para tirar cohetes. El pan con tomate está muy bueno. La paella merece 50 g más de arroz y proteínas por persona porque le falta generosidad, pero estaba buenísima y cocinada a fuego de leña. Un sitio genial, pero la decoración y las llamas no lo son todo. Presupuesto: 50 €/persona

Reservamos con una semana de antelación y menos mal, la terraza estupenda (era un día nublado pero aún así hay toldos y sombrillas) con tus espacios chill out para la copa de después. Lo malo: las moscas pero creemos que era por el vino. Las croquetas y la ensaladilla rusa de 10 y de 10000 la paella de sepia, camalar y gambas. El xuso de postre estaba para repetir.

Siempre hemos comido muy bien pero hoy hemos salido de su zona de confort (arroces), y hemos pedido unas croquetas de asado de la abuela para compartir, pollo con patatas y ciruelas, y pescado del día (corball) con verduritas. La croquetas no nos han acabado de agradar. El pollo que se pidió mi mujer, ni llevaba ciruelas ni sabía a nada. Mi corballo tenía muy buena pinta, pero la parte interior estaba poco hecha, casi cruda. Viendo que no era el día, pedimos la cuenta sin pedir el postre ni más. Tampoco el servicio tuvieron el día. Después de llevar el plato principal a mi mujer, han tardado mucho en llevarme el mío, y ha tenido que empezar a comer porque se le enfriaba el pollo. Encima de tardar mucho, como ya he dicho anteriormente, el pez estaba poco hecho! Día para olvidar. Si volvemos, sólo pediremos algunos de los arroces que tienen y que son muy buenos. Buen ambiente y aparcamiento de tierra gratuito justo al lado del establecimiento.

Una ensalada increíble. Los mejores tomates. Y una carne buenísima.

Este lugar se merece un 4.5 o más, ¡fácilmente! La ensalada, por sí sola, estaba increíble. La paella era fina, seca, preciosa y absolutamente deliciosa. Los postres fueron creativos y fantásticos. Nuestros amigos pidieron varios cortes de carne y a todos les encantó. El servicio fue amable y atento. ¡Lo recomiendo encarecidamente!

Local en en torno bonito. Antigua màfia muy bien decorada con bonita terraza para tomar algo antes o despues de comer. Dispone de un gran aparcamiento. Buena ensaladia rusa. Muy buena ensalada de tomate y muy buen pescado del dia.

¡Un sitio increíble! ¡Una joya! Y no olviden pedir la ensalada.

Comida y arroces buenos, muy buenos. Probablemente de los pocos sitios con mejor punto del arroz (sin ser yo un experto). La calidad de los entrantes es también muy buena. Muy ricas las croquetas y la bomba rellena y la ensalada de tomate muy sabrosa. Hasta ahí lo bueno, que no es poco. El proceso es de reserva es fácil, bien por web o por WhatsApp. Pero si tienes que hacer un cambio de la reserva o una petición, imposible hablar con alguien. Hasta en el teléfono es todo el rato opciones enlatadas y todo en catalán. Una vez allí, a todos los que teníamos reserva a las 15:00 nos hicieron esperar 15 minutos, y no por esperar a que terminarán las mesas anteriores, lo hubiera entendido. Tenían ya desde hace un buen rato muchas mesas ya libres. Era como que quisieran hacernos entrar a todos a la vez. Luego los baños pequeños y sucios, impropio de un restaurante con esa categoría. Luego los precios caros en mi opinión. 22 euros por una ensalada de tomate (rica, pero no justifica ese precio). El agua es filtrada en el momento y cobran 3 euros por cada botella. Los postres 10 o incluso 12 euros. La tarta de queso al té matcha no justifica ese precio. Y en cuanto al servicio... apenas correcto. Fue un poco triste no ver ni una sonrisa en ninguno de los camareros. No creo que repitamos.

Muy buen servicio, y comida excelente. Reserva eficiente. El entorno y decoración precioso. Algo de colas para entrar, pero ágiles.

El sitio es agradable, sobre todo el exterior. Nos lo habían recomendado por nuestras ganas de buen arroz. Escogimos como plato principal el arroz de Roca, el más caro, y "craso error". Difícilmente me quejo de un arroz en carta, pero estaba dulce y amablemente se lo llevaron, alegando el cocinero que eran los ingredientes, esperamos media hora para la nueva e igual, ya no dijimos nada (ni preguntaron). Sorprendente la corta carta de vinos, sota, caballo y rey. Excelentes las croquetas de calamares y buenos los callos. Los postres como ya es natural en estos sitios, pasados de precio, y el summum se lo lleva el pan: 4 rodajas contadas, cuatro, nos clavaron 4,25€. Ni una invitación al café 2,20€