Sitarilla en Granada

Muy bien. Todavía había mucha gente cuando era casi la hora de salir del trabajo. Los bocadillos que trajeron eran abundantes y deliciosos. El jamón, los huevos fritos y las papas también estaban deliciosos. Muy económico.

Un barcito increíble con una decoración genial. Con cada ronda de bebidas, te regalaban una ronda de tapas y todo estaba riquísimo. Llegamos sobre las 15:00 y conseguimos mesa sin problema.

Durante nuestra visita a Granada, tuvimos la suerte de descubrir un restaurante que superó con creces nuestras expectativas. No solo salimos completamente satisfechos, sino también encantados por la calidad, la cantidad y el precio de todo lo que probamos. ¡Una experiencia gastronómica para repetir sin duda alguna! Desde el primer momento, el ambiente del lugar nos pareció acogedor y auténtico, con ese encanto granadino que te hace sentir como en casa. El servicio fue rápido, amable y muy atento, lo que siempre marca la diferencia. El personal se notaba apasionado por lo que hace, y eso se reflejaba en cada detalle. Lo primero que nos sorprendió fueron las tapas, que vienen incluidas con la bebida (¡cómo debe ser en Granada!). Pero no eran las típicas tapas pequeñas que apenas quitan el hambre: eran tapones, como decimos en broma. Porciones generosas, bien presentadas y sobre todo riquísimas.Cada bebida venía acompañada de una tapa diferente, y todas estaban buenísimas, con sabores caseros, bien cocinadas y muy variadas. Además, pedimos algunas raciones para compartir, y aquí es donde el restaurante realmente se lució. Las raciones son **enormes**, perfectas para compartir entre varias personas, y con una relación calidad-precio difícil de igualar. Pedimos, entre otras cosas, una ración de croquetas caseras, unas berenjenas con miel, y un plato de carne en salsa... ¡y cada uno estaba mejor que el anterior! Todo fresco, bien cocinado y servido con generosidad. Nos encantó que, a pesar de los precios tan asequibles, la calidad de los ingredientes y la preparación de los platos no se viera afectada. Es de esos sitios donde sientes que estás pagando menos de lo que realmente vale la comida. En resumen: si estás en Granada y quieres comer bien, en abundancia, con sabor casero y sin vaciar la cartera, este restaurante es una parada obligatoria. Ideal tanto para turistas como para locales, es el tipo de lugar que recomendarías a todos tus amigos. Nosotros, sin duda, volveremos en nuestra próxima visita a la ciudad.

De viaje por granada, buscando donde comer y vi que hablaban bien de este sitio. Alrededor de 40 personas esperando que abrieran 30 minutos mas tarde, y menosmal que compensó todo una vez dentro. Comida rica y rapida, simpatia de l@s camarer@s, musiquita buena y risas, pasamos un buen rato y lo recomiendo.

Las tapas tienen un muy buen tamaño. La cantidad-precio está muy bien, aunque la comida no tiene un gran sabor. Como crítica constructiva considero que deberían de avisar de que las raciones son fuentes enormes, sobre todo a las personas que van solas. El ambiente es lo mejor del bar.

Servicio rápido, ambiente típico de la zona y la comida abundante y deliciosa. Muy recomendable!

Un bar de tapas estupendas en Granada

Comida muy honesta y personal amable. Fuimos tarde a comer, una hora antes de que cerraran, y no había cola. Las chuletas de cerdo fueron las mejores que probé en España. Nos impresionó que con cada cerveza te trajeran un aperitivo individual gratis (¡para media ración!) y con la comida un panecillo con media baguette de pan de molde. La decoración también es interesante.

Un sitio muy típico en decoración y excelente en tapas...enormes....nos tocó con la cerveza un muslo de pollo al curri con patatitas....vamos q con dos cañas comes.

Nos asustamos al ver la fila que había fuera, teniendo en cuenta que visto desde la calle aparenta ser un lugar pequeño. Nada mas lejos de la realidad. creo que no estuvimos ni 8 min en la cola. por dentro es bastante grande. pedimos una ronda y oh sorpresa tremenda tapa de albóndigas (buenísimas) con patatas. después de un rato, el camarero amablemente nos avisó que la cocina cerraría pronto y preguntó si queríamos otra ración distinta o mejor pedíamos otra ronda y nos pondría otra tapa, cosa que hicimos. Segunda tapa: croquetas de cocido, riquísimas. Por curiosidad, preguntamos y nos dijeron que con cada ronda la tapa va variando(obviamente de las que ya tengan pensadas ese dia). Es un bar con solera, seguramente mitiquísimo en la ciudad. Muy recomendable