14/12/2025: Fuimos a celebrar el cumpleaños de mi mujer (tuvieron el detalle de ponerle incluido una velita en el postre). Somos unos amantes del sushi y de todos los lugares que hemos estado, sin duda, al menos para nosotros y con diferencia, este es el mejor para degustar en Granada. Producto inmensamente de calidad, fresco y elaborado en el momento. Pedimos el menú de degustación y te ofrecen un trato individualizado y personal. Es un precio algo elevado con respecto a otros lugares, pero todo hay que decirlo, merece la pena si quieres disfrutar de una explosión única de sabores, así que como ocasión especial merece muchísimo la pena. No es un buffet de sushi típico, no es para hincharte a comer, pero tras plato y plato acabas realmente satisfecho con cantidades adecuadas. No sales con hambre como en otros comentarios se leía. Esto hay que verlo como una experiencia culinaria y lo importante es saber disfrutar de ese placer! Enhorabuena al chef y su equipo! Gracias
11/12/2025: Espectacular. Solo sirven un menú "omakase" (es decir, quedas en las manos del chef, que elige en función de lo que ese día tiene fresco), aunque antes de empezar el servicio te preguntan, con acierto, si tienes alguna alergia o intolerancia y también (y esto me llamó poderosamente la razón) que algunos de los nigiris llevaban un leve toque de "soplete". Me pareció un detalle muy amable por su parte porque comprendo que un purista del sushi pueda estar en contra de esta práctica. De hecho, aunque disfruté todos los platos y eran deliciosos, creo que en una próxima visita me animaré a probarlos sin este último toque de fuego.
Pero vayamos al menú en sí. Los dos entrantes, estupendos. El primero era una hoja de shiso tempurizada con una especie de tartar de salmón con leves toques de aguacate y cítricos encima. Difícil encontrar un salmón con más sabor. Excelente. El siguiente entrante fue un espectáculo, seguramente el mejor bocado de la noche. O tal vez no, es difícil decidir. Eran cortes de pescado (sashimi), creo recordar que eran atún, pez limón y tataki de bacalao, acompañados de una salsa hecha con huevo y soja y unos toques de caviar. Sin palabras, de verdad.
Después de los entrantes vinieron varios nigiris (atún "toro", bacalao negro, vieira...), un rollo de atún picante y anguila asada (del Ebro, nos dijeron) sobre arroz. Y para terminar, un mochi, que nosotros pedimos de té pero también lo ofrecieron de galleta lotus. Pero antes de eso te dan la oportunidad de repetir algún plato que te haya gustado, nosotros dudamos entre la anguila y el nigiri de bacalao negro, que es por el que finalmente optamos. Aun sin esta petición el menú es amplio y no te quedas con hambre, para nada. El servicio, impecable (gracias, Carlos, por explicarnos todo de forma tan clara y profesional, y sobre todo por tu amabilidad). El local, pequeño y bonito, seis mesas, dos pases por noche, música ambiental que en ningún momento molesta. Todo perfecto. El precio, acorde a lo que comes, que es de primerísima calidad. ¿Caro? Para gustos los colores, yo prefiero pagar por un buen pescado preparado con mimo que por un chuletón de vaca madurada. Por poner un pero minúsculo, y con ánimo de hacer crítica constructiva, en un restaurante en el que se nota que todo se ha preparado estéticamente con muy buen gusto, llama la atención de que alguno de los cuencos del servicio sean de plástico. Sólo eso, ya ves, nada que influya en la experiencia, que es de 11 sobre 10. Enhorabuena a todo el equipo de Kiato. Volveremos.