Llegamos casi por casualidad y ha sido una grata sorpresa y todo un descubrimiento, un restaurante muy acogedor y bonito, tranquilo, alejado del tumulto, con comida distinta y de calidad, buen servicio. Para tener una buena velada. Repetiremos.
Aconsejo probar el pulpo a la besa y las alcachofas con huevos, sobrasada y chiles, absolutamente delicioso todo y sorprendente.
Restaurante con un ambiente estupendo, trato del personal inmejorable, íbamos con 5 niños y se los llevaron a una sala de juegos cuando terminaron de comer.
La comida exquisita, pedimos ensaladilla de carpaccio de gambas, una tapa tipo donuts de queso riquísima, los torreznos, un chuletón de vaca con patatas hojaldras, buenisssimo !!