20/10/2025: Mi pareja y yo fuimos al restaurante. Es un sitio muy bonito, con un toque señorial, muy cuidado y limpio. Nos dieron una mesa en el patio interior, que a pesar de estar casi lleno, no agobiaba en absoluto. Es muy acogedor y fresco, decorado con muchas plantas. Nos dejaron entrar con el perrito, todo un detalle.
Para comer pedimos unas bravas. Normalmente no las podemos pedir debido a la alergia al marisco que tiene mi pareja y los fritos no se suelen hacer en freidora distinta de la de rebozados de marisco. Pero aquí sí. ¡Muy buen punto! De entrante tambien nos entró por lo ojos una especie de hojaldre con queso de cabra y cebolla que estaba buenísimo. Tanto, que se me olvidó hacer foto, al igual que las bravas… De plato fuerte una paella de pollo y conejo que estaba exquisita, sin exagerar. El arroz en su punto y de sabor increíble. Casi no tienen que fregar la paella. De postre pedimos tarta de chocolate con chocolate. Pero tienen una gran variedad de postres que la próxima vez que vayamos caerán. Al igual que más platos de la carta. Es un lugar de los que pocos quedan. Casero, auténtico y con valor. El servicio fue inmejorable. Nos atendió Adrián. En todo momento super amable y simpático. Se notaba que le gustaba lo que hacía y eso se agradece. En definitiva, aunque no os venga de paso Palamós, es un restaurante que al menos hay que venir una vez. Nos recomendaron la espalda de cordero que no pienso perdérmela en el futuro. Ñam!
13/10/2025: Nos alojamos una noche, céntrico, limpio y amplio.
Se nota que es un hotel familiar, lástima que queden cada vez menos, se valora que continúen. Mención especial el restaurante, comida de primera calidad y un precio competitivo, cosa rara en estos lares. Mi felicitación al conjunto.