Restaurante Venta Domínguez en Santa Ana la Real

Suele estar muy concurrido, por tanto, importante reservar. Tienen un comedor pero no está abierto, solo disponen de alguna mesa en el interior de la venta y el patio-terraza. La comida muy rica, especialmente la carne que fue lo que pedimos. Para repetir. Los camareros un poco saturados porque era domingo y solo habían dos camareros para todas las mesas.

Buenas vistas y buen ambiente motero

Chacinas espectaculares y las costillas en salsa pura crema en el paladar volveré sin dudarlo

Veníamos de la playa. Paramos a cenar. Todo bien, comida, sitio, servicio y el lugar muy bonito. Calidad precio muy buena. El salmorejo muy bueno.

Se come muy bien,la persona que nos atendió muy atenta y amable

Un descubrimiento magico, atendiendote con una sonrisa en la cara, una educación y simpatia magistral. Al recomendarnos las costillas no dudamos ni un segundo y fue... Las mejores costillas que he comido en mi vida! Casi pido otro plato... Medias raciones muy generosas y todo el resto de comida genial muy rico no habia nada malo! Ademas de los precios sin sentido para todo lo q comes por nada... Todo casero todo genial! Volveremos al 100%

Riquísima toda la comida. Las costillas ricas, las carrilleras tiernas y sabrosas, los chavales pidieron secreto y no he podido echar fotos pq no a durado. Y el dueño muy amable. Publicare la foto de la tarta de queso y dire

Magnífico todo! Totalmente recomendable, pero mucho!

Vistas espectaculares a la sierra. Increíblemente rico todo. Las costillas se te deshacen en la boca. No ha dado tiempo hacer la foto a los postres que nos lo comimos.

Ahora lo lleva el hijo del dueño de siempre, y llevo viniendo aquí a cenar casi todos los veranos desde que era niño, primero con mis padres y ahora con mi hijo y sigue manteniendo la esencia de lo que fue, un lugar estupendo para degustar los manjares de la zona, por supuesto el choco siempre es indispensable pero lo mejor sin duda las carnes y entre todas ellas, la costilla: jugosa y tan tierna que se deshace y te quedas con el hueso en la mano. Todo delicioso, a buen precio y con una terraza estupenda para cenar en las noches de verano. Mucho aparcamiento y sobre todo el trato amabilísimo de los propietarios.