Restaurante Trufa y Boletusq en Móstoles

Un sitio normal donde no comes mal, comida muy normal y cara en relación a lo q te ponen. Éramos 17.personas y nos pusieron las mesas todas en línea. Uno de mis acompañantes organizo la colocación de las mesas en cuadrado para poder hablar entre nosotros. El local estaba vacío. La atención fue buena

Sitio agradable, comimos muy bien.

Buena atención y la comida una maravilla, calidad y precio genial 🙂 muy contenta. Recomendable todo

Todo sin excepción fantástico, una maravilla de sitio

Muy buena experiencia comiendo en este restaurante, la comida excelente, los trabajadores super amables. Lo recomiendo.

La comida riquisima, la pantxineta increible!!! El servicio majísimo!!!

Hemos venido hoy por primera vez, y desde la atención telefónica hasta al Metre, todo perfecto….. gracias

Relación calidad precio merece mucho la pena. Un lugar encantador, servicio muy agradable y comida inmejorable.

Reservamos para comer 6 personas. Error, éramos 7. Nos cambiaron la mesa sin problema. Situado en una zona industrial y en un inmueble un tanto peculiar. Tiene una gran terraza exterior y en su interior es restaurante convencional, bastante amplio y varios salones y barra. Nos atendieron muy bien. COMIDA: - Hamburguesas (8). Tamaño importante y carne mejor que una franquicia. 😁 - Chuletillas (7'5). - Lubina (8). Te la presentan entera y allí la limpian y te la sirven. - Solomillo trufa y boletus (9). Estaba muy bueno. Un poco frío, y poco hecho, pero estaba estupendo de sabor, así que lo comí, disfruté y nada más. 🤤 - Torreznos y revolconas (7). A la patata el faltaba tiempo. Un toque un poco crudo. - Secreto (9).🤤 - Alcachofas (7'5). - Croquetas (7). - Tarta de queso (8). No estaba muy dulce, más bien poco. Más saludable. - Torrija con helado (9). Con el azúcar caramelizado tipo crema catalana. A todos nos encantó.😱 En líneas generales creo que a este restaurante merece la pena ir. Ten en cuenta que allí solo hay esto, y que salvo un paseo bohemio por sus calles vacías poligoneras, poco más puedes hacer fuera.

Celebramos también un 50 aniversario de boda, en el salón apartado para 21 personas. Los entrantes buenísimos, muy innovadores, cada uno mejor que el anterior, los platos principales, muy bien cocinados, con sabores riquísimos, tanto la carne como el pescado. Y los postres, la gigantesca tarta de queso con muchísimo sabor, la gran torrija caramelizada, una grata experiencia para nuestros paladares. Los camareros muy atentos y amables a pesar del grupo tan grande y ruidoso que éramos, con niños incluídos. Vivimos una grandísima vivencia gastronómica digna de repetir para próximas celebraciones.