De paso por Calella sin saber muy bien donde comer paré por casualidad en Tangerino, sinceramente nada que decir, dueño servicial, muy buena cocina marroquí.
Quizás el único punto negativo que le encontraría sería la inexistencia de aparcamiento.
Un Restaurante de 10. Ibamos con pocas expectativas, pero nos sorprendió, la comida estaba buenísima, la fritura como si estuviéramos en marruecos y la atencion del personal estaba bien además del precio perfecto. Sin duda volvemos.