Restaurante Silogía en Garachico

Ya fuera la entrada, el plato principal o el postre, ¡todo estuvo excelente! ¡Y el servicio fue magnífico! Sin duda volveremos durante nuestras vacaciones.

Deberían existir estrellas plus para reseñar lugares extraordinarios. Maravilloso lugar para comer.

¡Con diferencia la mejor comida y servicio que hemos experimentado en todo Tenerife!

Personal muy amable, comida muy rica y buena relación calidad-precio. Nos hicieron sentir super a gusto, destacar el camarero de pelo gris corto que nos sirvió las bebidas que fue super agradable!

Extraordinario. Para cualquiera que visite Tenerife, creo que este es uno de los lugares más dignos de visitar. La comida es extraordinaria: es muy sencilla (pedimos tartar de atún, pulpo, arroz con mariscos y bacalao), pero con especias y un punto de cocción casi perfecto. El servicio es muy elegante y educado. Los camareros son increíbles; sin duda, recomiendo probar algunos cócteles. Y todo esto a un precio razonable. Además, es un lugar elegante y bonito por sí solo. 9,5/10, recomendado para todos.

Increíble, delicioso y perfecto.

Acabamos de disfrutar de una experiencia gastronómica maravillosa en el restaurante Silogía, en Garachico. La comida estaba exquisita, con sabores únicos y originales, con ese toque canario que le da personalidad y autenticidad a cada plato. El entorno es simplemente encantador: tranquilo, acogedor, con una música ambiente relajante y el murmullo del agua que crean una atmósfera realmente especial. La atención fue simplemente impecable: cercana, profesional y muy humana. Nos hicieron vivir una experiencia completa, no solo por la comida, sino por el ambiente y el trato. Una experiencia de diez. Sin duda, un lugar al que volveremos y que recomendamos con los ojos cerrados.

Restaurante recomendado. Excelente servicio, muy buena comida: las croquetas están especialmente buenas. Los tomates locales también están muy buenos. Buen pescado, pero lo prefiero cocinado de otras maneras. Buenas patatas y crema de verduras.

Este restaurante nos ha parecido un descubrimiento. No imaginábamos una terraza tan agradable, con un servicio tan impecable, todos volcados para hacer que nuestra comida se conviertiera en una experiencia para recordar. En especial, destacamos la amabilidad de Tito, que nos trató de maravilla. Compartimos para empezar un queso asado con crujiente de cebolla y mojo picón, que estaba delicioso. El plato fuerte fue contundente y sabroso: una cazuela de arroz caldoso de marisco que dio para repetir dos veces. Una mousse de mango y una tarta de queso cerraron la estupenda comida. Con los cafés nos preguntaron si nos apetecía tomar unos limoncellos. Asentimos. Una advertencia a futuros visitantes: si a ustedes les hacen idéntico ofrecimiento, sepan que no es un obsequio de la casa. Se lo van a cargar en la cuenta. Pero este pequeño chasco final no empañó nuestra valoración del local.

Gran comida, en un ambiente encantador con personal amable y servicial. Realmente disfruté de cada curso y sin duda volveré.