Restaurante Santo Tomás. Cafeteria en Alcalá de Henares

Buen entorno, patio interior espectacular para el vermú, la zona de restaurante aceptable, un poco lentos en el servicio, el humus un poco salado, las migas correctas, la paletilla muy rica, el bacalao un poco seco, el lomo bajo aceptable, y el surtido de postres nada destacable.

Esperaba más para un restaurante de unos 50€ por persona. La carne bien pero templada como si hubieran tardado en sacarla y sosa, el agua no estaba fría, se equivocaron con el primero y nos trajeron otro hasta que se dieron cuenta. En general bien pero como mucho un aprobado, relación calidad precio normalita. El servicio algo distraído.

Un lugar tranquilo, y una comida excelente.. La atención de 10. Los primeros platos fueron buenos, y los principales (pulpo y ternera), de lujo. Los postres también estupendos. Para repetir sin duda y las personas que nos atendieron, siempre diligentes.

El restaurante está en el mismo parador, decoración y ambiente muy cuidado como corresponde a un parador. El aperitivo alubia blanca de bote con tomate en taquitos. Pedimos garbanzos con callos y los garbanzos estaban duros. El bacalao y la ensalada estaban muy buenos. Al servicio le quito una estrella porque a pesar de ser muy amables, hubo que insistir varias veces para que nos trajeran una botella de agua, botella que luego en la cuenta apareció 2 veces.

Hacía mucho calor, la comida estaba decente pero tampoco estaba buenísima además el servicio muy lento, te sientas a las 14:00 y hasta las 16:30 no te levantas.

Servicio muuuuy lento. Retiran cosas de la mesa sin preguntar. Calor en la sala excesivo. Las sillas son cómodas y las mesas amplias. La comida está buena pero no excelente, en mi opinión.

El servicio de la cafetería nos atendió con una educación , amabilidad y detalles del más alto nivel. Era el cumpleaños de mi madre y nos trataron con un detalle y generosidad que nunca olvidaré. Enhorabuena y muchas gracias.

Los restaurantes de los paradores nunca fallan. Y esta no es una excepción. Siempre que vengo a comer a este restaurantes está lleno y es por algo. Normalmente siempre solemos pedir algo para compartir y, después, un plato principal cada uno. En esta ocasión optamos por la selección de quesos (que es un clásico), las croquetas de jamón ibérico y la oreja crujiente (es parecido a una tempura de oreja que está muy buena). Como plato principal elegí el lingote de cochinillo, que nunca falla. El espacio es super agradable y el trato del personal excelente.