Restaurante Recreo Peral en Cuenca

La comida es inmejorable, y el paseo para llegar único.

Estábamos en una reunión en una habitación en la planta alta, es lo que conozco. Muy bien todo, lugar muy bueno, espectacular la verdad, para cualquier época del año.

Es la segunda vez que vamos a este restaurante, esta vez ha sido aposta desde Madrid para volver a comer en él. Nos encanta la morcilla con el toque de ali oli y la hamburguesa sencilla pero con un sabor brutal. De precio, súper bien para lo que te sueles encontrar. Recomendado!

Como cada año, venimos adrede a la ciudad de Cuenca para las jornadas gastronómicas del Recreo Peral. Comida de 10 en un ambiente súper agradable. Y van 5 años consecutivos.

Menú ejecutivo, buena calidad, los entrantes ricos, pizza,morcilla,croquetas, chopitos y ensalada de burrada. Y los segundos muy bien bacalao y solomillo ternera ,con postre ,café y bebida incluida por 25€más iva. El ambiente muy bien , cómodos, mesa muy separadas, respeto a medidas covid.

Comida correcta. Servicio a mejorar. Temperatura excesivamente alta que resultaba incómoda

Increíble, tanto el lugar, muy bonito como el ambiente y la comida. Recomendamos reservar y si quieres vistas al río, decirlo. Éramos tres y como queríamos probar de todo un poco, pedimos centro mesa varias cosas, y para compartir el entrecot. Y de postre la tarta fluida de queso, dios mío increíble de buena, para mí que soy amante de los postres. Guardé lugar para ello. El chico muy amable al pedir tanta cosa al centro nos recomendó pedir solo un entrecot, muchas gracias! Me quedé con las ganas de probar algún tipo de arroz. Gracias por la experiencia a todo el equipo. Saludos de unos clientes desde Benidorm. Enhorabuena!!!

Muy buen sitio, muy buena comida y un servicio que ha cumplido muy bien. Hemos salido muy contentos y el precio por la calidad nos ha sorprendido bastnte. Recomendable

Fuimos a Cuenca por la feria, pero el objetivo era el Recreo Peral, que algunos ya conocíamos. Todo fue de maravilla. Una mesa muy amplia, un servicio muy competente, a pesar de que estaba hasta la bandera. O sea, buena organización. El vino a precios razonables y en su punto. El jamón, muy muy bueno; con la grasilla perfecta. Los torreznos, pues normales. La flor de alcachofa, una delicia. Los puerrines (puerros en fase de crecimiento) a la brasa de encina con chimichurri, es como la recreación de los calÇots, pero con presentación extraordinaria y punto y facilidad para comer de categoría. Dos raciones de magnífico cochinillo, de piel crujiente y carne tiernísima fueron suficientes para cuatro. Los que probaron la tarta de manzana la alabaron. Nos quedamos con las ganas de tomar el jamón con una copita de manzanilla bien fresquita, pero incomprensiblemente en un sitio de tanto rango no tenían; seguro que para la próxima habrá. A la orilla del Júcar y tanta amabilidad y calidad, el precio nos pareció muy bien empleado. Luego, la feria, pues como los torreznos; correctos.

El lugar es adecuado, buen emplazamiento. La comida deja qué desear. Pedimos unos entrantes de chipirones y pulpo. El pulpo estaba bien pero los chipirones nadaban en aceite, con exceso de rebozado. Luego pedimos de plato principal atún rojo de vivero. De vivero tenía poco, una atún pasado de cocina, con una salsa de soja muy salada, prácticamente apenas comible.