Restaurante Raíces en Istán

El sitio estupendo y el serviocio extraordinario, las recomendaciones de la camarera fue muy acertado, todo muy bueno. Y le doy las gracias al cocinero por el detalle que tuvo conmigo

La comida excelente igual que la atención y vistas

Un restaurante que sorprende en un enclave único. Merece la pena visitar Istán y comer en Raíces. Nos atendió María y sus sugerencias fueron todo un acierto. Se preocuparon por la comida de los niños y por recomendarnos a los adultos. La experiencia es muy satisfactoria.

Impresionante experiencia culinaria malagueña en un paraje incomparable, con unas vistas sensacionales. Merece la pena conducir 30 minutos desde Marbella para degustar sus carnes (chivo buenísimo) y sus tapas. Buena selección de vinos de la tierra. Volveremos. Servicio impecable.

Con palabras es imposible describir la calidad de servicio y la cocina de José Miguel Marín, además del sitio con un gusto en decoración y la situación del paraje con vistas...gracias...!?

Encontramos el maravilloso restaurante Raíces por casualidad durante nuestras vacaciones de una semana en Marbella, mientras planeábamos un viaje al interior. Las numerosas buenas reseñas nos despertaron la curiosidad, así que reservamos mesa y no nos decepcionó. Realmente vale la pena una excursión con algunas curvas cerradas en las montañas, en un pintoresco pueblo blanco. La comida es súper creativa y deliciosa. Especialidades locales en una combinación perfecta. El servicio es muy amable y cortés. Recomendamos Raíces sin reservas. La trilogía de 3 anchoas en pan es una delicia. El tartar de salmón y aguacate con un delicioso pan plano también está exquisito. Las gambas con huevo poché y patatas o el tartar de atún picante, con vieiras, también están deliciosas.

Comida deliciosa. Vinos a precios muy razonables. ¡Volveremos!

Un restaurante encantador en plena montaña. Comida y ambiente 10/10. Lo recomiendo encarecidamente.

Cocina y materia prima de alta calidad. Ambiente agradable y buen servicio. Cada plato es una delicia y combina de forma innovadora productos locales.

Fuimos sin reserva y el personal se esforzó para que pudiéramos almorzar sentados, además en una mesa con vistas a la montaña. Todos los camareros te explicaban muy bien las diferentes opciones para unos primerizos como nosotros. Una vez empezamos a probar los platos, alucinamos de lo increíblemente bueno que estaba todo. Espectacular el trío de boquerones, el tartar de ciervo, tartar de atún riquísimo y, para rematar la torrija de aguacate. Un 10