Restaurante Pepe Martin en Salobreña

Estabamos mi mujer y yo de turismo en Salobreña y fue un sitio muy acogedor, aun de noche nos sirvieron cafe, los manteles y los baños muy limpios, la atención a mesa amable, se adaptaron a nuestros gustos de comida , perfecto, la experiencia fue de repetir.

Bien ubicado . Una camarera muy agradable que nos facilito una velada muy amena . Es agradable ver a alguien que disfruta con su trabajo . Su sonrisa lo refleja . Las croquetas , caracoles , setas y tajin riquisimos . Recomendamos el lugar

Menú del día a 9,50€, sencillo pero bueno, servicio muy amable y local típico y sangría excelente.

Qué grata sorpresa encontrar un lugar como el Restaurante Martín, justo a la bajada del castillo árabe de Salobreña. Desde el primer momento, se percibe el mimo con el que se cuida cada detalle: el local está impecablemente limpio, el ambiente es cálido, acogedor, de esos en los que uno se siente cómodo y bienvenido sin esfuerzo. Pero si algo merece una mención especial es la amabilidad del camarero, que nos atendió con cercanía, educación y una sonrisa genuina, algo que no siempre se encuentra y que, cuando se da, marca la diferencia. Nos sirvieron una tapa de ensaladilla rusa simplemente deliciosa, casera, cremosa, sabrosísima… Un regalo inesperado al pedir una Coca-Cola y un Aquarius, que redondeó el momento y nos hizo sentir de lo más a gusto. Ahora bien, no puedo dejar de expresar cierta decepción —no con el lugar, sino con algunos comentarios que circulan en ciertas reseñas. Resulta incómodo leer valoraciones que se permiten hablar del personal con una falta de respeto impropia de quien se dice cliente. Lamentablemente, hay quienes confunden el derecho a opinar con el hábito de despreciar, quienes exigen cortesía sin ofrecerla y esperan trato exquisito sin saber dar los buenos días. A esos, tal vez les convendría mirarse al espejo antes de juzgar a quien, con esfuerzo y dignidad, trabaja de cara al público. En definitiva: volveremos sin duda al Martín. Porque en un mundo que a veces se olvida de la amabilidad, encontrarla en forma de tapa de ensaladilla y trato cordial, merece ser aplaudido.

Llevamos 20 años viniendo al restaurante Pepes. Está situado en el corazón del casco antiguo, cerca del castillo, en sus encantadoras callejuelas. La comida es muy buena: tajín de pollo o cordero, filete, pollo asado (mi favorito), patatas fritas caseras y albóndigas. Todo excelente. Pepe siempre nos recibe con mucho cariño y esperamos seguir así muchos años más. 😁

¡Guau! Nos topamos con una auténtica joya. Martin hace que los ingredientes sencillos tengan un sabor divino. Las habitas son maravillosas y las croquetas son las mejores que hemos probado en 13 años viviendo aquí. ¡Lo recomendamos al 100%!

Probamos alcachofa, ensaladilla rusa, gazpacho y pescado del día. Los precios son muy baratos. Entre las 12 y las 16 horas los menús cuestan 9,5 euros. El baño está muy limpio. Los empleados son muy amables.

Vinimos aquí a comer y beber nuestro primer día en Salobreña. Realmente disfrutamos del ambiente, la gente y la selección de platos. Desde entonces hemos pasado por cada día para un refresco rápido y un buen rato.

Vine aquí para comer y beber nuestro primer día en Salobreña. Realmente disfrutamos el ambiente, la gente y la selección de platos. Desde entonces nos hemos detenido cada día para un refresco rápido y un buen momento.

Local con buen ambiente,buen trato y buena calidad de platos,si estás cerca del castillo de Salobreña,en el barrio alto del pueblo,no dudes en pasar,te agradará.