Restaurante Marisol, el de los Relojes antiguos. en Valdés

Servicio de 10 , y la comida de 10 la fabada asturiana es una pasada , un menú así por 13€ ya no se ve en todos los sitios , increíble fuimos 6 y los 6 salimos muy contentos

Como se suele decir bueno bonito y barato,

Restaurante familiar con muchísimo encanto!!! Estaba lleno y aún así el dueño nos hizo hueco cuando pudo. Un crack. Menú del día por 13€ super saciante y rico!! Volvería sin lugar a dudas.

Menú del día maravilloso lo que no sé si tienen carta

La comida es auténtica Asturiana y muy buena, con una cantidad de relojes de todas las épocas que decoran. Lo recomendable al cien por cien.

Sitio increíble, comes súper bien con un menú de 13 euros, el trato es familiar y la comida es magnífica, recomendable totalmente

Increíble descubrimiento. No hay nada comparable en Luarca para comer de menú. Comida casera, buenísima, que compensa con creces. Servicio familiar, menú del día a 13 euros! Fabada buenísima! Carne guisada de 10! Y en fin de semana, mismo precio, qué más se puede pedir!

Que gustazo! Llegar sin reserva, nos cogen a los 6 que vamos en bici y del tirón....tinto de verano y agua. Menú bastante completo de primeros y segundos, en mi caso: fabada y guisado de ternera asturiana: "Como en casa"!! Muy rico y bien atendidos :)

Buen restaurante, buena comida y a un precio excelente.

Comer en el restaurante Marisol es como volver a la auténtica cocina asturiana de toda la vida. Un lugar que mantiene la esencia de la comida tradicional y donde realmente da gusto sentarse a la mesa. El menú del día por solo 13 euros es una auténtica joya. Empezamos con una fabada asturiana de esas que te hacen decir “toma pan y moja”. El sabor, la textura, todo estaba delicioso. Después continuamos con una ternera asturiana guisada, increíblemente tierna y con una salsa tan rica que pedía una barra entera de pan para mojar. También probamos el bonito con tomate, otro plato que merece mención, sabroso y muy bien cocinado. Y los postres, espectaculares! Pedimos un arroz con leche muy cremoso y dulce, y un requesón con miel que tenía un punto de cremosidad increíble. Todo hecho con mimo, como en casa. Si estás por la zona y quieres comer como dios manda sin dejarte un dineral, este es el sitio ideal. Buena comida, atención magnífica y precios muy razonables. ¿Qué más se puede pedir? Volveremos.