Restaurante MANO LENTA en Vitoria-Gasteiz

Nos recomendaron varios sitios en Vitoria donde acudir para probar su gastronomía y fue en la noche del 30 de agosto (ya que en la mañana estaba todo lleno) y fue un exitazo! No puedo dar menos de 5 estrellas a este restaurante, de aquí en adelante se ha ganado estar en mi top 3 de favoritos en España, (y no he ido a pocos). Que espectáculo de comida, relación de calidad precio muy ajustada, lo recomiendo por su definición de sabores y el buen trato al producto, esto no es una crítica positiva por haberme invitado a un plato…no. Y es que en la vida cuando se hace bien y sorprende, hay que felicitarlo públicamente, también mi enhorabuena al propietario/a por contar con un equipo profesional tan cálido y amable en todo momento como por ejemplo el personal de barra (Obiel), que fue quien nos atendió en la noche de ayer. Y por cierto… el sonido ambiental es de paz absoluta.. 0 bullicio (que también se agradece cuando uno va teniendo hijos). Enhorabuena, volveremos.

Muy recomendable ,cocina divertida bien ejecutada,buenos guisos los postres muy ricos,el servicio muy amable.

Comida muy rica a precio razonable. Servicio muy atento. Siempre un acierto.

Lugar recomendable en Vigo. Entrantes muy buenos: vieiras, ostras, anchoas, patata hojaldrada. De principal a compartir chuletón. Postre cuajada de romero buenísima

Comimos ayer en este restaurante haciendo una parada en el camino de nuestro viaje por el País Vasco. Destacar la comida, espectacular y el producto de primera. El servicio correcto. Pero es una pena el calor que hacía en el local, en plena ola de calor, estábamos deseando salir de allí. Se lo dijimos a la responsable de sala y nos dijo que lo lamentaba pero que no "daba más". Un detalle que no nos permitió disfrutar de la comida como hubiesemos querido.... Una pena.

Un sitio estupendo con buen ambiente y una comida riquísima. Si volvemos a Vitoria no dudaremos en volver. El chuletón Limousine estaba riquísimo. Las croquetas cremosas le hacen justicia al nombre… las zamburiñas, las vieiras… y sobretodo el taco de carrillera. Por no hablar del postre y su estupenda tarta de queso. En resumen, todo DELICIOSO.

Una experiencia gastronómica inmejorable, impresionante, un regalazo para las papilas gustativas. El servicio impecable, la materia prima soberbia y la presentación fantástica. Me quedaría a vivir en Vitoria-Gasteiz por muchas razones, una es encontrar un restaurante como este. Casi lloro de la emoción con cada plato... y yo que soy un goloso no me podía creer la combinación mágica de sabores del postre con avellanas, chocolate, helado de melocotón y pinceladas suaves de yozu. El cielo.

Excelente producto, bien tratado y combinación de sabores muy conseguida. El personal muy profesional y amable. El ambiente es tranquilo y elegante.

El restaurante tiene definidas dos áreas. Una externa, más informal con mesas elevadas y otra interna más acogedora de restaurante clásico. Pero en los dos sitios se puede optar a menú de carta, lo que en mi opinión es un error. Creo que fuera debería de ser algo más orientado al "picoteo" y dentro lo "serio". Digo esto porque el servicio da para lo que da. Y según el personal, la zona de asador, también. Hemos esperado entre los entrantes y el principal unos veinticinco minutos. Y reclamando el plato. Y otro plato principal otros casi veinte después. También reclamándolo. "Porque el restaurante está a tope". Quizás es mejor atender bien a menos gente que regular a mucha más, aunque económicamente sea más rentable. Y es una pena, porque la comida está excelente, pero se te quita el hambre entre plato y plato. Mi recomendación: Si se quiere comer "en plan bien", ir un día que no haya mucha gente, entre semana probablemente. Y para picoteo en cualquier momento, porque los platos están muy buenos, aunque se note barullo. Pero para algo informal, fenomenal. Creo que se tienen que replantear estimar a cuántos clientes pueden tratar bien. Y limitar el aforo a los que sean. Para mí un poco decepción porque esperas algo más que una buena comida.

Una vez más fuimos a apuesta segura. Pedimos el aguacate con langostinos y los mejillones. De segundo canelones de buey, guiso de callos, calamar con una salsa riquísima. De postre torrija caramelizada. Todo maravilloso. La atención extraordinaria. Gracias