Restaurante MANO LENTA en Vitoria-Gasteiz

En general, siendo un poco generoso, la comida estuvo bien. Las raciones no es que sean muy generosas pero el producto es bueno. El servicio, normal. Algunos despistes de los que tampoco hay que hacer sangre pero hay pequeños detalles que se pueden mejorar y que marcan la diferencia entre un "servicio" a secas o un "buen servicio" con todas las letras. Como ejemplo, las croquetas para compartir. Ración (12 unidades) o media ración (6 unidades). Comensales en la mesa 7 e informamos al camarero de que vamos a pedir unos platos para compartir, incluidas las croquetas. Bueno, pues pedimos una ración. 5 comensales nos comemos 2 croquetas cada uno y 2 comensales sólo se comen una croqueta por cabeza. No sé, un buen camarero se fija en esos detalles y te planta 14 croquetas en la mesa (aunque luego me cobre las 2 extras). Sólo es mi opinión y la de los otros 6 comensales. Tienen unos problemas en los comedores interiores. 1. Son pequeños y demasiado llenos de gente (mesas para grupos). 2. Muchísimo ruido que no te deja ni hablar con la persona que tienes delante. 3. Mucho humo y olores procedentes de la cocina. 4. Muchísimo calor con el aire acondicionado a tope, según el camarero. Si vuelvo, probaré en las mesas altas de la entrada. Pero de momento, voy a ver en otros sitios.

Hemos comido por segunda vez y producto y servicio inmejorable. Hemos estado y hemos comido muy muy bien. Totalmente recomendable si tenéis la oportunidad os lo recomiendo. Un placer volveremos.

Cena espectacular, buen producto y bien elaborado. Trato de personal exquisito. Recomendable al 100%. Volveremos seguro

Hemos comido muy bien. Todo estaba muy rico. Quizás las mesas altas cuadradas son pequeñas para comer dos personas, pero lo solucionaron como una mesa baja auxiliar. Servicio rápido. Buena insonorización. Postres bien puestos. Lugar de calidad. No es barato, pero recomendable como homenaje.

Les pedimos el favor de poner 3 platos en la mesa aunque íbamos a ser 5 (de sorpresa), pero no fueron capaces de gestionarlo y fastidiaron toda la sorpresa al llegar. Estuvimos en una zona apartada donde hacia muchisimo calor y los camareros apenas pasaban, además se notaba muy mal rollo entre ellos. La comida sí estaba muy rica y a tiempo, pero la cerveza podría haber estado más fría.

Una experiencia gastronómica inolvidable! Desde el momento en que entramos, el ambiente acogedor y la decoración elegante nos hicieron sentir bienvenidos. La comida fue simplemente espectacular; cada plato estaba lleno de sabor y presentado de manera impecable. El personal fue muy atento y profesional, siempre asegurándose de que todo estuviera perfecto. Definitivamente volveremos pronto. ¡Altamente recomendado

Menú variado, tienen unas piezas de chuletones riquísimas. Uno de los camareros no está muy atento a los clientes los demás muy atencionados. Precio razonable comparado con los buenos productos servidos y la buena calidad de la cocina. Recomendable

Muy buen sitio para el aperitivo y comer

El restaurante tiene definidas dos áreas. Una externa, más informal con mesas elevadas y otra interna más acogedora de restaurante clásico. Pero en los dos sitios se puede optar a menú de carta, lo que en mi opinión es un error. Creo que fuera debería de ser algo más orientado al "picoteo" y dentro lo "serio". Digo esto porque el servicio da para lo que da. Y según el personal, la zona de asador, también. Hemos esperado entre los entrantes y el principal unos veinticinco minutos. Y reclamando el plato. Y otro plato principal otros casi veinte después. También reclamándolo. "Porque el restaurante está a tope". Quizás es mejor atender bien a menos gente que regular a mucha más, aunque económicamente sea más rentable. Y es una pena, porque la comida está excelente, pero se te quita el hambre entre plato y plato. Mi recomendación: Si se quiere comer "en plan bien", ir un día que no haya mucha gente, entre semana probablemente. Y para picoteo en cualquier momento, porque los platos están muy buenos, aunque se note barullo. Pero para algo informal, fenomenal. Creo que se tienen que replantear estimar a cuántos clientes pueden tratar bien. Y limitar el aforo a los que sean. Para mí un poco decepción porque esperas algo más que una buena comida.

Una vez más fuimos a apuesta segura. Pedimos el aguacate con langostinos y los mejillones. De segundo canelones de buey, guiso de callos, calamar con una salsa riquísima. De postre torrija caramelizada. Todo maravilloso. La atención extraordinaria. Gracias