Restaurante L'Indià en Lloret de Mar

Hermoso lugar! Paz, tranquilidad, naturaleza, canto de pájaros y vistas increíbles.

Una experiencia excepcional en plena naturaleza catalana Nos alojamos en el hotel Sant Pere del Bosc y quedamos encantados con su entorno único, enclavado en una antigua abadía en medio de un entorno natural tranquilo. El lugar combina elegancia, historia y confort moderno. El personal es atento, profesional y cálido, siempre dispuesto a hacer que su estancia sea inolvidable. La habitación era espaciosa, estaba decorada con buen gusto y tenía ropa de cama muy cómoda. Mención especial para el spa y los masajes, un verdadero remanso de relajación, y para el restaurante gourmet que ofrece una cocina refinada destacando los productos locales. Un lugar perfecto para recargar pilas, correr, celebrar una ocasión especial o simplemente disfrutar de una estancia de lujo rodeado de naturaleza. Volveremos sin dudarlo.

Excelente estancia. Disfrutamos mucho nuestra visita, el servicio fue impecable, especialmente gracias a Dani en recepción, quien nos atendió de maravilla. ¡Un gran profesional y muy recomendado!

Todo muy bien, para estar relajado. Si pudiera arreglar la carretera lo antes posible, sería un sitio espectacular. La atención del hotel es muy agradable y atentos. Todo un 5.

Un lugar maravilloso y con el encanto de alojarte un edificio centenario. La decoración tanto de interiores como los jardines y piscina tienen un gusto excelente. La cena en el restaurante deliciosa y perfectamente guiada por Julia, tanto en la comida como en la elección de un vino alternativo. La atención del personal en general es simplemente perfecta, dando sensación de calidez pero a la vez otorgando el espacio y la intimidad que un lugar asi precisa. La habitación, con una bañera isabelina de epoca ideal para disfrutarla en pareja y una cama muy comoda donde descansar y despertar con el sonido de los pajaros por la mañana. Fantasticos también, los desayunos exclusivos con la atención personalizada de Gemma siempre atenta a cualquier necesidad. Por poner una pega el hecho de tener que pagar las cosas al consumirlas y no tener la posibilidad de cargarlas en la habitación cono suele ser costumbre en hoteles de esta categoría. En definitiva un lugar unico donde olvidarse y desconectar de todo atendido perfectamente por unos empleados de categoría. Gracias, Julia, Gemma, Manolo, Dani por hacer de estos dias una estancia inolvidable.

Hotel muy bonito y tranquilo me encantó,pero no os aconsejo ir en coche deportivo,restaurante ,recepción chica muy amble gabitaciones muy limpias ,lo único el mini bar muy básico faltan bebidas.

Fuimos al restaurante. Fantástica experiencia: - comida exquisita - servicio magnífico - la sala de restaurante y su mobiliario son realmente bonitas - situado en medio del bosque, con agradables jardines y vistas espectaculares

Situado en una colina, alejado del bullicio de la ciudad, perfecto para un fin de semana romántico. Las habitaciones lujosamente amuebladas en varios estilos son muy impresionantes.

Vaya vistas, es para enamorarse

Tranquilidad, vistas, buena comida,muy buen trato.