Restaurante Las Truchas en Nuévalos

Fuimos un grupo de 18 personas, Llegamos, todo preparado , y ha sido una gran experiencia tanto por la calidad de la comida, como por el servicio.

El restaurante no se que más decir ya habré ido más de 20 veces comida muy casera y hecha por gente de la zona nunca defrauda y calidad en la comida acorde a los precios Muy acogedor y el mejor lugar para comer/ almorzar/cenar. EXQUISITO. Ya han abierto volvemos a comer en buena compañía EXQUISITO EL CHULETON. Volvere con amigos

Fuimos a comer entre semana y todo un acierto. El restaurante está en un entorno espectacular y una vez dentro, aunque si que es un poco anticuado es muy acogedor. Comimos el menú del día y la verdad es que fue espectacular, muchas opciones a elegir y todo casero. Y el precio muy competitivo. Sinceramente una parada obligatoria si se pasa por la zona. Repetiré

Las recepcionistas les falta un poco más de educación y simpatía. La habitación correcta y muy cerca de Monasterio de Piedra

Comida muy regular y con mucho tiempo de espera entre plato y plato. Precio alto para lo que sirven

Estuvimos en el monasterio de piedra y paramos para comer muy bien , comida de calidad y buen precio restaurante agradable

Comimos de menú 22,50€ bastante variedad. La ensalada casi toda lechiga, muy justa... las migas bien, el estofado seco y la trucha también seca. Postres normales, sin más. El pan lo sirven tipo tostada con tomate y ajo. Por lo pretensioso esperaba más. Intentan que pidas de carta, los platos de la carta muy caros. No creo que vuelva

La ubicacion excelente a 7 minutos del monasterio de piedra en coche, el hotel esta un poquito abandonado, muy sucio alrededor con pastos y macetas, plantas sin arreglar, etc, La entrada es bastante antigua y huele raro tirando a mal, mucha tierra y polvo, luego tiene como dos salones, y de fondo se ve el comedor, bastante antiguo todo pero un poco más limpio, aunq con algunas telarañas, en recepción no habia nadie tuvimos que buscarlos y en medio de eso el dueño echando bronca a diestro y siniestro, muy incomodo estar en medio de eso. No tienen ascensor. La habitación muy muy limpia en comparación con el resto del hote aunque antiguas las instalaciones, muy agradable pero no hay secadora y solo un botella con jabon de mano en un bote del mercadona (sin la etiqueta claro), las toallas impolutas, el edredón con un poco de manchas pero las sabanas blancas muy muy limpias, tienen varias almohadas y mantas. La cena: cara para lo que es pero muy buen sabor. Precios en la foto Los camareros muy amables y rápidos super profesionales. Desayuno bufet: nada del otro mundo pero rico con lo básico (jamon york queso y chorizo, zumo de botella, magdalena, croissant, mantequilla y mermelada en tarrinitas, el cafe no está muy allá, las tostadas son bien grandes y ricas, que las puedes comprar en el pueblo por 3 euros el bollo de pan enorme. Podria llegar a ser más bonito y con más estrellas si se lo curraran más, tiene potencial pero no le sacan partido.

Restaurante de hotel acogedor. Comimos un menú Sábado de 20 euros, de primero migas, de segundo trucha y una genial crema catalana. El jefe, cocinero muy amable y atento salió a ver que tal. El servicio en general muy bueno Repetiremos si pasamos por la zona .

Menú algo más económico que los restaurantes cercanos, pero equivalente en calidad y cantidad. Comedor espacioso y terraza aunque conviene reservar.