Restaurante Las Rias Bajas en Gijón

Fuimos a comer unos amigos, primero tomamos unos vinos(normalitos para nuestro gusto y más caros que en otros lados,eso sí el dueño te explica que vino es, procedencia ,etc) pusieron pincho a toda la barra(eran aceitunas) menos a nosotros es un detalle que bueno..queda feo. Nos sentamos a comer y la comida la verdad que estaba bien,el pastel cabracho rico jugoso,los calamares bien,el pulpo algo escaso pero aceptable,tierno,las croquetas correctas, y la longaniza de Avilés bien. Otra cosa a destacar es que sale la ropa oliendo a " fritanga" y eso que no se nota nada al entrar,chigre normal de toda la vida. Con café ,nosotros tocamos a 34 e por cabeza con varias copas de vino para cada uno. Aunque la comida está bien( es aceptable) creemos que hay sitios mejores en Gijón,teníamos ganas de ir por las críticas que leímos pero no es para tanto,no creo que repitamos al menos a corto plazo y el tema del olor de la ropa mal.

Maravilloso maridaje y una atención muy cariñosa.

Fuimos con una amiga a celebrar un cumpleaños y ¡nos encantó! El entrante de ventresco de atún, pimientos asados ​​y tomate riquisimo, iba acompañado de unos calamares que estaban tiernos y muy sabrosos. El plato principal era una longaniza con patatas hervidas y col lombarda que también estaba muy buena. La salchicha estaba muy sabrosa y perfectamente cocinada. Si pudiera ser crítico, diría que una col lombarda especiada con vino tinto y papa dauphinoise habría elevado este plato a alturas estelares, pero eso sería quisquilloso. La tabla de quesos fue excelente, con no menos de 9 (¡sí!) quesos diferentes. Quesos de Galicia y Asturias y Finlandia, Italia y Francia y eran (casi) todos, muy sabrosos. No soy muy aficionado al queso Cabrales, salvo cuando no está curado. El queso específico que se sirvió estaba muy maduro y no me gustó mucho (PERO es un gusto personal y no refleja la calidad y generosidad del plato servido) El propietario es un aficionado al vino y sugirió un vino para cada plato y nos encantaron los tintos que tomamos con los entrantes y los platos principales. Una granacha de España y si no me falla la memoria, un vino de la región del Duero en Portugal que fue excepcional. Tomamos un vino de postre con queso, que era jerez, pero estaba demasiado seco para mi gusto (nuevamente más que ver con el gusto personal). Pedí una alternativa y el jerez Pedro Ximénez que me ofrecieron fue excelente. En definitiva, ¡una gran experiencia que sin duda repetiremos! Gracias a todo el equipo por un tiempo maravilloso.

Aparentemente un bar Paco de toda la vida, que esconde un paraíso para amantes del vino. Cocina sencilla pero resultona y una selección de vinos digna de un tres estrellas Michelín. No se pierdan los quesos y el lomo doblao.

Venimos de coruña buscando un sitio donde sirvan comida de la zona sin mas que decir sobrepasaron nuestras espectativas el camarero aun teniendo el sitio a tope y nosotros sin reserva nos busco un hueco y nos explicó la carta con paciencia y amabilidad, la comida muuy buena y es exagerada, la sidra que nos sirvieron estaba divina.. Muchas gracias por la excelente atención

Un placer que te orienten tan bien para tomar un vino entre una enorme selección de buenos vinos. El chuletón espectacular.

Gran experiencia gastronómica. Si te gusta el vino, no tiene desperdicio! Excelente comida y sugerencias de vinos de maridaje.

Sitio chulo donde los haya en Gijón. Chigre de toda la vida con una variedad de vinos estratosférica, en un ambiente súper auténtico. Es un indispensable si vienes a Gijón y quieres un lugar distinto a lo que estás acostumbrado.

Lugar indispensable en Gijón para los amantes del vino. Felipe es uno de los mejores sumilleres que he conocido, gran conocedor y amante del vino, nos trae bodegas exclusivas y nos acerca a vinos diferentes y de altísima calidad, pero ojo, que la cocina no se queda atrás, productos de calidad máxima elaborados con mimo y maestría. Si Felipe no existiera habría que crearlo. Gracias.

Sidrería agradables viéndola no aparenta todo lo que ofrece. Zona de barra, comedor abajo y arriba. La comida es exquisita, la atención inmejorable y el duelo te hace unos maridajes increíbles, explicándote muy bien los vinos, copas, localidades etc. Merece la pena mucho