Estuvimos celebrando la comunión de mi hija el pasado sábado. Todo salió a la perfección. Éramos cerca de 70 personas y tuvimos todo el salón para nosotros. El restaurante es muy bonito y acogedor. Los camareros muy profesionales y Carlos, el encargado, encantador y atento. La comida buenísima, ahí coincidieron todos los invitados; platos elaborados, vistosos y buenísimos. Por últimos disfrutamos de la terraza tomando unas copas hasta última hora, los niños también disfrutaron y jugaron a sus anchas y con total seguridad en la magnífica pradera. Súper recomendable!!
Nos atendieron personalmente con un trato muy cercano.
La comida espectacular. Domingo de arroz ibérico con un toque personal del cocinero.
Recomiendo 💯