Restaurante La Ribera en Vélez-Rubio

Trato profesional y cercano.La comida mimada y con un toque especial

Sobre todo es que se come muy bien segun calidad precio, ambiente tranquilo, servicio de diez , lo importante es que comimos muy bien

Celebre el bautizo de mi hijo en septiembre con ellos. Se adaptaron a nuestros gustos y necesidades desde el minuto uno con una sonrisa y poniéndonos todo muy fácil. Sin duda volveré a elegirlos! Ana es encantadora y la comida de verdad es una auténtica maravilla.

Hemos realizado un par de comidas familiarices y todo muy correcto. Relacion calidad precio de la comida y el servicio muy bien. Recomendable

Un sitio escondido. Personal encantador. La comida estaba buena, pero quizás un poco cara (calamares a la plancha, 24 €). Aparcamiento a unos 50 metros. Merece la pena visitarlo.

Tanto los entrantes, los pescados o los platos de carnes son excepcionales. Mis favoritos son el Calamar Nacional al Aceite y la Entraña a la brasa. Materia prima de la mejor calidad y elaboración sencilla pero muy profesional. Muy recomendable para comer en familia o con amigos en la comarca de Los Velez

El trato excepcional, los camareros muy pendientes y muy agradables. La comida exquisita Comimos las compañeras de trabajo y nos gustó mucho. Muy recomendado.

Estuve en la celebración de una Primera Comunión. Extraordinaria calidad.

Paramos aquí a comer y la verdad que súper bien los chicos atentos y la comida muy buena sobretodo las berenjenas rellenas nos gustaron mucho nos sorprendieron con un postre la verdad muy buena comida y el sitio agradable muy recomendable repetiré seguro

No deja de sorprenderme la capacidad de este nuestro tan maltratado país para esconder en los recovecos y vericuetos de su geografía establecimientos y cocineros que, con su amor por la profesión y su empecinamiento en buscar la excelencia en su trabajo, desafían la lógica de este mundo franquiciado. Maravillosa experiencia la que nos ha proporcionado Mercedes con sus manos y su saber hacer. Desgraciadamente estuve tan absorto en disfrutar de los matices de cada plato e intentando escudriñar las técnicas utilizadas que olvidé fotografiar la mayoría de los platos. De los entrantes merece la pena dejarse llevar por Mercedes y descubrir que ha estado haciendo esa mañana: Los boquerones que probé no los había probado nunca. Duros y tiesos como si estuvieran curados, y con las papas caseras, deliciosos. Las anchoas, buenísimas. La ensalada de tomate y ventresca, de primera. Un poco demasiado frío el tomate quizás. Acto seguido, unas alcachofas escabechadas o encurtidas tal vez. La frescura, la turgencia a la par que la suavidad de su textura y sabor a laurel y pimienta rosa me encantaron. El principal fueron unos gurullos con perdiz, típicos de la zona. Plato de cuchara sabroso y contundente. El postre fue de locos, unas manzanas asadas con una cobertura de algo parecido a una crema catalana que combinaba perfectamente pero lo más brutal fue una simple naranja, madura, sabrosa pero cubierta por una salsa fina de la propia corteza confitada, Out of this world. Intenté sonsacar a Mercedes la receta de esta salsa pero fue imposible, tendré que volver, con instrumentos de tortura.