Restaurante La Marimandona Beach en Puçol

Buenas comida, ambiente excelente y una atención por parte de Facu increíble!!!. Volveremos. Gracias.

En este restaurante el servicio es rápido y la comida es realmente deliciosa. Lo que más me sorprendió fue que el propio dueño (o dueña) se puso el delantal y ayudó a atender a los clientes. Todo el equipo está muy motivado, se nota en la energía con la que trabajan: se mueven rápido, hacen todo con agilidad y amabilidad. ¡Da gusto ver un lugar así! Justo antes estuve en el restaurante El Turka, donde pasé 30 minutos esperando sin que nadie se acercara siquiera a tomarme el pedido. Nadie me atendió, como si no existiera. Lo único positivo de El Turka fue un camarero calvo con tatuajes en el brazo izquierdo — ese chico sí que merece respeto y admiración, trabaja bien y se nota su compromiso. Pero el resto del personal parecía dormido, sin ganas, como moscas muertas. En cambio, este restaurante sí que merece respeto. Aquí se trabaja con pasión, se atiende con ganas y se come excelente. ¡Muy recomendable!

Ha bajado un poco en la calidad del servicio reduciendo drásticamente la oferta en bebidas que antes lo hacían un lugar casi de referencia.

Hemos estado hoy comiendo y sólo destacar la excelente atención por parte de Facu, el chico que nos atendió. Hemos comido genial en un ambiente muy agradable. Seguro que repetiremos.

Hemos ido a almorzar y la experiencia ha sido inmejorable! El local está ubicado en el paseo marítimo y las vistas son una pasada. El trato de los camareros, tanto el chico como la chica, de 10, muy simpáticos y atentos. La comida buenísima y sin largas esperas. A pesar de ser almuerzo, pedimos unos postres que estaban de vicio. Y el precio, en comparación con otros locales con peor ubicación y producto, nos ha parecido barato. 100% recomendable.

Comida muy buena y el ambiente amenizado con un cantante en directo, tuvimos que llamar varias veces al camarero para que nos sirviera por lo menos la bebida y nos trajera una carta para que pudiera cenar el niño.

El servicio lamentablemente es pésimo. Nos hicieron pasar un mal rato. Particularmente debido a una camarera rubia que nos atendió, es muy antipática y pedante y no sirve para atender al público. Le pedimos vasos con agua y nos lo negó rotundamente, lo cual para un restaurante el deber ser es tener agua fresca para servir a sus comensales. Conocimos el lugar a través de The Fork, y evidentemente aplicamos nuestros descuentos, al solicitar la cuenta, la trae otro compañero quien nos estuvo también atendiendo y al cual le pagamos, y con mucha incredulidad y muy grotescamente viene la camarera a tomar el ticket y el vuelto de la mesa dando a entender que no habíamos pagado lo correcto, y que no podíamos irnos o levantarnos de la mesa hasta que ella lo autorizara. Simplemente personas como esas no deberían atender al público. Lamentablemente no nos atendió la dueña, quien estuvo presente en el restaurante atendiendo a otros clientes y evidentemente que la impresión que nos llevamos es que la atención era amable. En cuanto a la comida, me pareció un poco sosa, ordenamos lasaña y espaguetis con chipirones, el restaurante está a la orilla del mar con excelentes vistas y ambiente familiar.

Excelente comida y mucho mejor trato!!!...

Un quiero o no puedo y te cobran por lo que quieren y no por lo que pueden. Mesa de 6 en terraza para cenar, muy bien presentada con mantel de tela y vajilla y cristalería de ambiente mediterráneo. Agradable a la vista. Sillas de marca cervecera muy incómodas. Nos toman las bebidas y al ratito nos preguntan si tenemos lista la comanda. Cuando indicamos que vamos a pedir varios platos todos a compartir, parece que no les hizo gracia o no es a lo que están acostumbrados. Le pedimos sugerencia a la camarera y nos remite a la foto de la carta de un plato con surtido de mariscos, sepia, tellinas, clochinas, etc que valía 83€ y luego nos recomienda arroces o fideua para cenar. He de decir que no somos turistas sino que veraneamos en la zona y 4 de los 6 valencianos. Declinamos la recomendación y segunda cara rara, por lo que le pedimos 5 minutos más. Al rato, le indicamos nuestra elección y no hace ningún comentario. Pedimos pan con allioli y tomate, perfectamente comprados y no elaborados. Focaccia, que estaba buena pero no deja de ser un pan más. Ensalada cipreses en la que el tomate estaba verde inexplicablemente, ya que también pedimos un queso camembert con tomate, en el que está vez si era maduro y rojizo pero al ir servido en sarten se les caramelizo y dejó de tener sabor a queso. Patatas y boniatos con 3 salsas, brava, tzatziki y carbonara (las dos primeras bien, carbonara sin sentido) alcachofas con huevos rotos y trufa, de la que no nos supo decir cuantas unidades venían y tuvimos que pedir 2 raciones para asegurarnos. Al final 8 alcachofas, ricas pero sobre unos huevos revueltos sin más y una esencia de trufa por encima. Gamburiñas, si, jajaja, lo pedimos por el nombre, porque son 8 gambones y 6 zamburiñas, ya podían poner las mismas unidades de cada. Y pulpo confitado, que estaba un poco duro. Precio vs calidad alto, ya que salimos a 35€ por persona para lo que comimos en cuanto a cantidad y sobre todo a calidad que es justa.

Todo muy bueno , arroz del señoret estaba espectacular y los canelones para la niña tb 100% recomendable