Restaurante Hotel Pey en La Vall de Boí

Fácil para aparcar, se encuentra el restaurante bar para comer y también justo enfrente salen los taxis hacia el parque de Aigüestortes. Las habitaciones son muy correctas tanto de espacio como limpias. Muy recomendable.

Solo hemos cenado ahí pero todo perfecto. Muy bien atendidos y ubicación perfecta

¡Un hotel de 10! Hemos estado alojados 3 noches en una habitación familiar fantástica: habitación principal, habitación pequeña para los niños y baño completo. Increíbles vistas a la iglesia de San Juan de Boí. Servicio de limpieza perfecto. El personal muy amable y atento. Aparte, el servicio de restaurante, muy bueno. Hemos desayunado, almuerzo y cena y nos ha encantado. Los bocadillos son grandes y buenísimos. También hemos probado las tapas y el menú del día, muy recomendable. El personal del restaurante, a pesar del nivel de trabajo, amable y eficiente. Hemos pasado unos días increíbles en Boí y el Hotel Pey ha sido clave en nuestra agradable estadía.

Soy Miguel Lerín.Estoy trabajando en el balneario de Caldas de masajista ,y descubrí el Treio, y suelo ir con bastante asiduidad allí con los compañeros. Cocina muy buena en todas sus facetas, y calidad precio muy bien. Los camareros, en especial, Oriol , dan gusto por su profesionalidad. Echaré de menos el Treio cuando me vaya a finales de septiembre pero pienso volver. No puedo opinar del hotel por q no estoy hospedado en él, pero he oído siempre buenas referencias.

Hotel bien ubicado y agradable, con personal muy simpático y prestable. Bastante silencioso en la última planta. El desayuno podría mejorar un poco: pocas opciones en general, casi nada de fruta o de dulce. También los juegos en la zona de estar podrían mejorar ya que si está lloviendo o uno se quiere quedar en el hotel hay algún juego pero casi nada para adultos, todos para niños. Recomiendo las habitaciones que tienen AC ya que muchas no lo tienen. Tiene un bar que abre para cenar pero es cómoda de bar: cosas fritas y hamburguesas. Si uno se queda varios días tendrá que comer sano algún día y en Sort eso resulta muy complicado. Especialmente para un vegano o vegetariano.

Fuimos a comer cuando volvimos de la visita al Parque de Aigüestortes. Un servicio muy amable que nos recomendó lo mejor y casero de la zona. Por nuestro gusto hay demasiadas opciones (carta, menú, tapas, recomendaciones, etc). Finalmente hicimos buena elección y comimos muy bien con postres caseros incluidos. Una muy buena opción justo frente a los taxis que llevan al parque de Aiguestortes.

Fuimos una semana y nos encantó: Tienen unas habitaciones muy bonitas y completas, un personal muy amable y una comida muy buena, tanto en el bufete libre del almuerzo, como en el restaurante (el Treio). Fuimos a comer dos noches, tres personas. Principalmente, cabe recalcar que el camarero es muy atento, amable y nos explicó detalladamente cada plato, porque estábamos indecisos. El primer día pedimos unas croquetas de setas y un plato de ternera estofada para picar y una hamburguesa, un estrecho con huecos y patatas y un rato de toro como platos principales. De postres pedimos un pudding y una tarta de queso.Todo nos gustó mucho (el pan también). Lo único que puedo decir, es que el pastel de queso se parecía más a un flam de queso. El segundo día, pedimos dos hamburguesas y un magret de pato. Todo volvía a estar muy bueno (el magret de pato nos sorprendió). Respecto al bufete, las camareras eran muy atentas y la comida estaba muy buena. Cabe recalcar las tortillas, tanto la de patatas, como la francesa, que estaba muy esponjosa. Los únicos inconvenientes que he encontrado, han sido que la tortilla estaba un poco aceitosa y que el tomate del pan tenía un gusto como a pepino que se podía notar tansolo oliendo el pan. Nos ha gustado mucho, si volvemos a la Vall de Boí, VOLVEREMOS a este hotel y a su restaurante. Gracias por su atención.

Hotelito ideal para hacer una visita al Parc d’Aigüestortes i Estany de Sant Maurici, justo enfrente del hotel están los taxis que te llevan al corazón del parque. El pueblo, aunque pequeño, tiene un encanto especial, te hace transportarte a una época en la que parece que el tiempo no ha pasado. Las habitaciones son bonitas y bien equipadas en líneas generales pese a que las almohadas eran un poco finas y, sobretodo, no están climatizadas para épocas de verano.

No puedo valorar las habitaciones ya que solamente fuimos a cenar. Experiencia de restauración muy buena y altamente recomendable. Si puedes estar en terraza puedes disfrutar de un atardecer único de montaña.

Era el punto de parada diario, tanto para comer como para cenar, se come muy bien.