Restaurante Hoces del Turia en Chulilla

Si vais un grupo grande, funcionan con menú, 25€/persona sin incluir la bebida. La cantidad de los entrantes nos pareció escasa para un grupo de 7 personas. A destacar el ajoarriero, que es el plato típico de la zona y las croquetas de boletus. Con el plato principal que elegimos (arroz con boletus y ajetes) compensaron enormemente la cantidad y nos encantó a todos. Eso sí, el ambiente fue muy agradable, los camareros son muy simpáticos y se nota que hay buen ambiente de trabajo.

Todo perfecto. El ajoarriero y el gazpacho manchego estaban de categoría. Además la camarera que nos atendió fue muy simpática y profesional. Por supuesto, repetiremos!

Hemos ido a cenar unas cuantas veces y repetiremos, los menús son muy buenos y la atención también. Uno de los mejores de Chulilla.

Un sitio muy bonito y tranquilo para ir a pasar el día y de paso disfrutar de la excelente comida de Hoces del Turia. Sus originales platos te sorprenderán, comida de calidad y en buena cantidad. Un sitio que seguro que os gustará, y como consejo ir con tiempo para pasear por la zona, los paisajes son impresionantes.

Perfecto para disfrutar de una buena comida después de realizar la Ruta de los Puentes Colgantes. Bien atendido y muy cuidado cada detalle.

Sin duda todo perfecto, el servicio, la comida y el servicio... Volveré seguramente

Comimos muy bien aunque al ser festivo solo había un camarero y tuvimos que esperar por los platos, pese a ello la experiencia muy buena.

¡Gran experiencia! Experiencia culinaria; refinamiento local, hermosa ubicación con vistas, servicio muy amable y de mente abierta. ¡Recomendamos esto encarecidamente!

La comida y la atención ha sido increíble, era nuestra primera vez en chulilla y la verdad es que repetiremos encantados!!!

Una experiencia gastronómica excepcional en plena naturaleza Tuve el placer de visitar el restaurante Hoces del Turia en Chulilla, y la experiencia fue inolvidable. El plato estrella, un arroz de ciervo con ajos tiernos, capturaba perfectamente los sabores de la montaña. Cada bocado era una explosión de aromas y texturas que evocaban la esencia del entorno natural que rodea al restaurante. La carne de ciervo, tierna y jugosa, combinada con el toque delicado de los ajos tiernos, elevó el plato a otro nivel. El ambiente del restaurante es acogedor y auténtico, ideal para una escapada gastronómica en plena naturaleza. El servicio fue impecable, con un equipo atento y profesional. Sin duda, un lugar al que volveré para seguir descubriendo sus delicias. ¡Altamente recomendado!