Restaurante Enrique Calvillo en El Bosque

Una experiencia increíble. Cocina casera elaborada. La pata de cordero a baja temperatura y la tarta de queso de lo mejor que he comido. Trato muy agradable y ambiente tranquilo y acogedor. Del 10.

Excelente restaurante, tienen tapas y platos. El servicio de los camareros ha sido muy amable y la comida es casera, sin duda un sitio para volver!

Un lugar referente en la sierra de Cádiz. Extensa carta bien elaborada. Platos de todo tipo con magnífica presentación y muy ricos. Muy recomendable.

Uno de los sitios emblemáticos de El Bosque, situado a la entrada del pueblo, y donde desayunar es una tradición.

indispensable si estás en la zona. producto de calidad y muy agradables y profesionales.

Se puede hacer, no es necesario. En comparación con mis expectativas, todavía hay margen de mejora en términos de comida y servicio.

Desayunamos allí las 4 familias que íbamos con nuestros hijos (16 personas en total). Pedimos un desayuno muy variado (café, Colacao, batido, molletes, piezas, mantequilla, jamón con aceite y tomate, manteca colora, paté....) y todo vino bien y servido sin apenas esperar. El servicio muy bueno y amable. Si volvemos al Bosque seguro que pararemos por allí a desayunar.

Espectacular la comida y buen servicio.

Si vas a El Bosque, no dejes de ir a comer a este sitio. El lugar es muy agradable, con decoración típica de este entorno de sierra, madera por doquier. La única pega que les pongo es que no tienen una carta física. Lo del código QR me sigue pareciendo un despropósito y un detalle que hace quedar de dejadez al restaurante. Pero corriendo un tupido velo al respecto, vayamos al tema: pero que a gusto estuvimos y que bien comimos! El día parecía que se iba a fastidiar en cualquier momento con nubes y claros, pero nos sentamos en terraza y fue un acierto porque al final el sol nos acompañó durante todo el almuerzo. Comenzamos por el queso, porque ir a la sierra de Grazalema y no comer queso es un delito. Abrimos boca con el "emborrao" un curado de cabra potente al paladar que no querrás que se acabe nunca. Donde fueres haz lo que vieres, vimos que tenían tagarninas, así que nada mejor que un producto autóctono presentado en un revuelto con huevos y jamón. Increíble. Sabores que te retrotraen a tiempos más amables (no los de ahora) a esa cotidianidad con la que se cocinaba antes. Para rematar, nos decidimos por otra de la tierra: solomillo de vaca retinta con foie a la brasa. (el plato original venía con reducción al P.X. pero nos pareció que ese dulce arruinaría los sabores auténticos de la materia prima, así que lo pedimos sin reducción y el camarero muy amablemente nos dijo no había ningún problema) La carne al punto, se cortaba como mantequilla. Muy jugosa, de foie venía algo cortito para nuestro gusto, porque cuando mordías carne y foie, el estallido de sabor en boca era incomparable, pero nos faltó un poco más de foie. Platos bien de ración, entorno tranquilo y servicio muy gentil. Lo dicho, si pasas por El Bosque, ve a Enrique Calvillo.

El personal es muy amable y atento, hay opciones vegetarianas y en especial el timbal de berenjenas con tomate, parmesano y huevo estaba excelente. Muy recomendable.